Descubre la impactante historia tras uno de los mejores Softwares de renderizado 3D

Corría el año 1988 y la era de la computación tenía sus primeros pasos reales en lo que se conoce como CGI (Computer-generated imagery). En ese entonces se funda NeoGeo, un estudio de animación Holandés que al poco tiempo se transformó en uno de lo más destacados de Europa, ganando varios premios.

Dentro de NeoGeo se concibió a NaN (Not a Number), spin-off que buscaba potenciar el Software 3D con el que NeoGeo daba vida a sus proyectos. El deseo de NaN y su fundador Ton Roosendaal era contar con una herramienta que fuese multiplataforma y de distribución gratuita para que otros artistas pudiesen hacer uso de la suite e incluso mejorarla, todo con una calidad profesional. Para ello se pusieron manos a la obra y reescribieron el código fuente del Sofware ya que lo consideraban muy antiguo y poco eficiente, lo que finalmente en 1998 bautizaron como Blender.

Tal fue el impacto de Blender, que para el año 2000, y de la mano de inversionistas, logró levantar 4.5 millones de euros para sus operaciones, logrando el año 2000 publicar Blender 2.0, el cual incluía un motor de juegos a la suite 3D.

Lo que NaN no se había dado cuenta es que para la época estaba sobre-dimensionando su solución, haciéndola quizás demasiado compleja y difícil de utilizar, ya que su interfaz no era muy amigable ni tampoco parecida a lo que la mayoría de los usuarios estaban acostumbrados a utilizar, lo que gatilló el desinterés de los inversionistas y el apogeo de NaN.

Como su fundador no se iba a quedar de brazos cruzados, el año 2002 fundó la Blender Foundation, fundación sin fines de lucro para continuar el proyecto a pesar de los magros resultados y además hacer realidad su objetivo primordial: La distribución gratuita y de código abierto del Software.

Como el código fuente era propiedad de la empresa, Ton les dijo que se lo vendieran, a lo que le respondieron que por un valor de 100.000 Euros el código era suyo. Obviamente él solo no tenía esa cantidad de dinero, por lo que creó la campaña “Liberen a Blender” para reunir fondos y dar libertad a la ballena 3D.

Para sorpresa de todo el mundo y sobretodo de Ton, la campaña logró reunir el dinero necesario en solo 7 semanas, dando paso a la liberación de Blender bajo la licencia pública de GNU y comenzando una verdadera revolución y segundo aire para el programa.

Desde ese día desarrolladores y artistas de todo el mundo han aportado para hacer de Blender una de las mejores suites 3D. En un proceso de mejora continua, la fundación ha organizado concursos denominados “Open Movies Project“, todos en la misma línea abierta y bajo la licencia Creative Commons. Ya se han hecho 4 de ellos, los cuales consisten en llevar a un grupo de 7 artistas y desarrolladores a Amsterdam para que trabajen en un corto durante 7 a 12 meses, en un estudio profesional idoneo y bien equipado para generar el máximo de creatividad del equipo, tanto a nivel visual como a nivel de programación de módulos que emulan la física propia del mundo real.

El video que aparece al principio de este post es Big Buck Bunny, el resultado del Open Movie del año 2008. Este año se estima que el nuevo proyecto esté listo entre Agosto y Septiembre. Por mientras podemos esperar viendo algunos de los excelentes cortometrajes y videos animados por computación salidos de la “licuadora”, los cuales tanto en historia como en renderizado no tienen absolutamente nada que envidiar a los del gigante Pixar.

http://vimeo.com/17638572

[Agradecimientos especiales a Teo Schmidt por contarme la historia de Blender]