Mucha gente tiende a pensar que en Bélgica solo es un pueblo donde se hablan 3 idiomas, beben mucha cerveza, comen papas y viven entre construcciones góticas … ¡pero están equivocados!.

Los belgas, como se muestra en este documental “trabajan duro y fiestean aún más duro”.

Los invitamos a sumergirse en un viaje por la ruta del “clubbing” en Bélgica, desde que tras la batalla de Waterloo los ciudadanos no querían hacer nada mas que no fuese beber y bailar hasta que saliera el sol.

The Sound of Belgium (que se proyectó en el festival In-Edit Nescafé Chile el año pasado) nos muestra todos los clubes, géneros y escenas (algunas que acabaron dominando el mundo) que se apoderaban de la noche belga, en donde en la pista de baile se mezclaban los jóvenes locales con los franceses, los alemanes y los holandeses.

TSOB es un recorrido por el movimiento de los organillos y los bares de carretera de los años 40, el popcorn de los 60 (con el pitch bajado), el éxito de Front242 en los ochentas, la revolución Newbeat (también con el pitch bajado), el renacimiento del techno local (que influenció a las raves inglesas) y el sonido agresivo que nadie se atrevía a pinchar en las fiestas.

El Boccaccio fue el santuario del New Beat belga.
El Boccaccio fue el santuario del New Beat belga.

La película la pueden comprar por solo $12 dolares en su sitio web, pero si están cortos de plata pueden verla online aquí abajo con subtitulos en español.

Esto es The Sound of Belgium, acompañado de un montón de canciones que buscan “colocarte” sin la necesidad de consumir alguna droga.