La prensa en Chile tiene una manía, por tomarse muy a la ligera todas las palabras y conceptos que provengan del mundo del arte.

De hecho hoy día pudimos ver una suerte de adulación donde ya no cabían más adjetivos por la “intervención” que realizó Javiera Díaz de Valdés en apoyo a las nanas de Chicureo, que a pesar de lo visceral que le salió a ella y su grupo de amigos, poco tenía de todo lo que se describía en la prensa; acción de arte, performance, happening, intervención y un largo etcétera que, siendo honestos, lo que pasó no tenía por donde.

El chapuzón en una piscina con guardias reclamando porque “no pueden bañarse con ropa” tiene mucho más de jackass que de “performance art”, pero la culpa en si no es de Javiera, es de la prensa, y de las concepciones que nos dejan en la cabeza sobre el arte. O sea, el cabro chico común y corriente que está en su casa, luego de leer todo lo que se escribió sobre el incidente, se queda con la idea que si mañana le molesta lo lento que atienden en el mcdonald, si se tira por skate en la escalera del local en señal de protesta está haciendo una “acción de arte”, que su performance tiene un impacto social contra el capitalismo o quizás cuantas estupideces más.

Culpa un poco de esta concepción tan falsa de lo que es o no el arte, o una instalación, es que el experimento de nuestro amigo Ensable hace algunos días falló.

Resulta que todos sus paper toys que están descontinuados, decidió montarlos sobre un rack de cables ópticos para que las personas a quienes les llamara la atención los juguetes, y de manera muy alegre fuesen y tomaran su Ensamble para llevarlo a casa. El error fue garrafal porque al llegar el otro día se topó con todo su trabajo tirado por Pedro de Valdivia, aplastado, destruído. Los Ensambles estaban literalmente violados.

Frente a eso, y por lo que Sasha, el creador documentó, creo que se cayó en algunas cosas al momento de armar la instalación. Creo que fue un tanto visceral en la decisión.

Cuando queremos jugar un poco con el concepto de arte y armar algo que de verdad funcione, hay algunas cosas que debemos tener en cuenta. Algunas de ellas y que aplican en este caso son.

  • Evaluar el contexto. No es natural que andes por la calle veas un montón de monos de papel pegados en la muralla o donde sea. En caso de que te quieras llevar uno, y si no ves nada de información anexa, sentirás que es llevarte uno es entre robo, vandalismo o adrenalínico  porque simplemente no te pertenecen.
  • Restarle valor a la obra en si mismo. La gente cuando es estimulada con regalos que cuesta “nada” ganarse, simplemente no valora las cosas. Nosotros tenemos torres de CDS, entradas e incluso poleras que ustedes han ganado en el sitio simplemente haciendo RT o comentando. Obviamente los premios se quedaron ahí, y nadie los retiró, porque obvio, son gratis, no te valen ni cuestan nada.
  • Los paper toys de ensamble están hecho con amor, y cuando los tiras ahí en la calle automáticamente estás desvalorando diseño, montaje y papel.Estás diciendo “esto no vale nada”.
  • Esperar lo mejor de la gente. En esto se entrecruzan las dos cosas que menciono antes. Si el contexto es incierto, y la gente tiene la opción de robar o cometer un acto vandálico con un producto que, por muy bien manufacturado que esté, perdió totalmente valor al ser gratis, pecamos de inocente al esperar lo mejor de ellos y el resultado es el que vemos.

Al final del día, creo que más que instalación, más que la lata de que se hayan perdido unos paper toys tan ricos, nuestros amigos de Ensablamble acaban de realizar un experimento social, cuya ecuación, dio como resultado lo que todos vemos.

A continuación el video en el que lamentablemente vandalismo ganó por goleada al diseño.

Por último algunos tweets con opiniones sobre la performance de Javiera.