En la Universidad de Michigan están investigando al respecto y en UK varias mujeres la usan como “anestesia emocional”. Se recomienda escuchar Special K para acompañar la lectura.

Special K. Kitkat. Diferentes nombres para lo mismo: la ketamina, que originalmente es una anestésico de uso veterinario y también fue usada para el tratamiento de soldados heridos en la guerra, es además una de las drogas de uso recreacional más usadas en el mundo.

Se consume tanto vía nasal como a través de jeringa y se caracteriza por su carácter disociativo, o sea que separa tu cuerpo de tu mente.

Pero no solo de fiestas saben las drogas. Hoy la ketamina sigue la línea de otros estupefacientes que han diversificado sus efectos hacia la terapia psiquiátrica y de otro tipo de afecciones humanas.

En Royal Oak, Michigan, la compañía Michigan Progressive Health es una de las primeras en ofrecer terapias con infusiones a base de ketamina para pacientes cuya condición, ya sea dolor crónico o depresión severa, no haya respondido a tratamientos tradicionales.

La Universidad de Michigan también está trabajando en el uso de la ketamina como terapia psiquiátrica y esperan comenzar con las pruebas clínicas para probar sus efectos. “Para muchas condiciones funciona en la mitad o 2/3 de los pacientes”, contó el Dr. Sagar Parikh, profesor de Depresión y Neurociencia Clínica de la Universidad de Michigan

A pesar de su pasado controversial, estudios han demostrado que bajas dosis de ketamina, administradas intravenosamente por varias horas, pueden proveer alivio inmediato a pacientes con depresión severa o algún tipo de dolor crónico.

La mala noticia es que los tratamientos aún no son aprobados por la Administración de Alimentos y Drogas federal del estado, ni tampoco son cubiertos por los servicios de salud. “Haber experimentado tal y repentino alivio nos hace imposible ignorar la necesidad de acceder a éste tipo de tratamiento”, dijo Dennis Hartman, director ejecutivo y fundador de la Liga de Promoción del Consumo de Ketamina en Seattle.

Gracias a esto están apareciendo tratamiento relacionados a la ketamina en otros formatos. Uno de ellos es la esketamina, una mezcla de dos moléculas que son isómeros ópticos, es decir, son imágenes de espejo la una de la otra. Actualmente sin patente, Johnson & Johnson está desarrollando su uso y le quita los efectos secundarios que a veces la ketamina regular puede traer, como alucinaciones, mareos y disociación.

A parte de trastornos del ánimo y el dolor, la ketamina está siendo usada para tratar la migraña. El doctor Duren Michael Ready del centro de salud Baylor, Scott & White en Temple, Texas, citó que 25 mg de ketamina intranasal reduce el malestar y entre 10 a 50 mg puede efectivamente eliminar el dolor.

Anestesia emocional

Ser joven en el siglo XXI se ha puesto cada vez más duro. Y para una mujer en sus 20 y tantos no es la excepción. El uso de la ketamina ha sido asociado en su mayoría a los hombres, pero hoy las cosas han cambiado y se ha masificado entre el género femenino. En el Reino Unido, una de cada cuatro mujeres entre 16 y 24 años del Reino Unido han declarado tener alguna condición mental, ya sea ansiedad, depresión u otro desorden según un estudio del Gobierno.

Las mujeres son catalogadas hoy como un alto grupo de riesgo en el plano de la salud mental y muchas de ellas están usando la ketamina como una formal de lidiar con los problemas del corazón, dramas con amistades, la amargura, la soledad y la inseguridad. El doctor Owen Boden Jones, director de la Clínica Club Drug, en Londres, que provee un servicio de uso recreacional de las drogas, dijo en un entrevista en 2013 que su facilidad de salud ha visto como las mujeres usan la ketamina como “anestesia emocional”.

Algunas de las primeras experiencias sexuales de Charlotte, una joven de 24 años, fueron desagradables y traumáticas, ya que no tuvieron el consentimiento apropiado. Es así como comenzó a utilizar ketamina previo a tener sexo con alguien, para olvidar las experiencias del pasado. “Estás tratando de verte como una persona sexual y sexy y no dejarás que nada lo arruine por ti. Así que supongo que está bien pretender arreglarlo por un par de minutos”.

“Estaba feliz de tener sexo con alguien, pero no quería pensar donde lo estaba haciendo. Así que prefiero excusarme al baño por un momento y usar ketamina, volver y hacerlo”, relató Charlotte y agrega “hablar con un doctor o un terapeuta significa que vas a escuchar cosas que no quieres oír. La ketamina no te habla de vuelta”, contó a Dazed.