Un aplauso por el intento y la honestidad.

drugs

por Niña Fierro

No sé qué día es. No sé bien si es martes o miércoles.

Sé que no es lunes, sé que no es viernes, ojalá no sea miércoles porque por la luz significaría que de nuevo me quedé dormida para la entrevista de trabajo a la que, siendo honestos, jamás iré.

Me levanto.

Frente al computador me doy cuenta que he pasado mucho tiempo sin escribir, pero de nuevo, no lo sé con exactitud.

Quizá si estuviera más conciente del tiempo que ha pasado, del tiempo que he perdido, dejaría de perderlo. Cuando a principio de año decidí dejar la cocaína, ese fue el primer trauma: el tiempo.
Tomé un bus a Valparaíso, conseguí trabajo en una granja recogiendo tomates, y dejé todo atrás.

relojesdali

Cuando recién dejas la cocaína te invade una especie de super energía o adrenalina o no sé qué, que te lleva hacer cosas como esas. Me juraba super capaz de realmente dejar de jalar, dejar la ciudad, dejar mi vida y dedicarme a recolectar tomates y escribir.

Cuando uno intenta dejar la cocaína estás pendiente de cada día y cada segundo que pasa, y te das cuenta que no tienes idea en qué has usado el tiempo todo ese tiempo.

(Cuántas veces tendré que decir tiempo)

Me di cuenta que el año pasado no era el 2014, que habían pasado más de dos años desde que me echaron de la casa, y no tenía idea qué había hecho el año 2015. Con quién me junté, qué hice, qué mierda hice. Pasaron exactamente una semana y dos días, y estaba de vuelta en Santiago.

Pero fue un mes completo el que pasé sin cocaína. En realidad como 28 días, después de la euforia del comienzo viene una depresión profunda, y finalmente, me asumí como falopera y ya está.

No hay más lucha.

Entonces ahora tengo el tiempo de mi lado, solo que al revés. Y ya no me da vergüenza decir que almuerzo a las 8 de la noche, que trato de dormir lo más del día y que me dan muchas más ganas de levantarme si está oscuro. Ya no me importa.

El tiempo prefiero olvidarlo, prefiero darlo vuelta, que juegue a mi favor o conmigo. Cuando sólo carreteas es tu ropa el calendario. El tiempo se extiende frente a ti, y en una semana tuviste solo tres días. Entonces así es muy fácil que se te pase un año entero, es más fácil quedarte con gente que luego saludas de lejos, es más fácil olvidar, es más fácil despertar sin saber siquiera cuándo fue la última vez que hiciste una boleta de honorarios, o si está empezando el invierno o terminando.

No saber si viene el día de la madre… en qué parte del año estamos, da igual, las noches son todas iguales en dónde sea, cuándo sea. La noche es una.

Entonces, de vez en cuando hago un resumen para no olvidarme.

Este año empezó tratando de dejar la falopa, y ahora soy una orgullosa descarada.

Entre medio no sé bien qué mierda pasó.

Por lo demás es martes, mi pc siempre tiene bien la fecha.