Después de 30 años, la ex modelo británica y legendaria estilista de 74 años deja su puesto como Directora Creativa de Vogue Estados Unidos pero está lejos de abandonar el barco de la industria de la moda. Asumirá como Directora Creativa Adjunta y así tendrá la libertad para trabajar en proyectos externos.
En una entrevista exclusiva con Business of Fashion, Coddington dijo: “Realmente amo Vogue, ha sido mi vida desde siempre, ellos me descubrieron como modelo a los 19 años. No me estoy alejando de Vogue, porque me abrió muchas puertas”, explica. “Pero estará muy bien colaborar y dar pláticas a la gente. Es otro tipo de acercamiento. Ciertamente no me estoy retirando. No quiero solo sentarme a esperar.”
La editora seguirá contando con su despacho en las oficinas de Vogue en el World Trade Center, ya que por contrato debe producir al menos cuatro editoriales al año para la revista.
Por el momento, la información que sabe es que Coddington ha firmado con la super agencia Great Bowery, la cual acoge a diversas compañías, y representa a fotógrafos como Bruce Weber y Juergen Teller y a uno de los regalones de la industria de la moda, Hedi Slimane. “De repente me di cuenta que necesito ayuda de afuera”, Coddington explicó a BoF. “No quería estar encasillada a solo hacer estilismo en un shoot, quería hacer algo más allá. Me acerqué a ellos y estaban dispuestos a ayudarme en todos los aspectos. Están pensando ideas para mí, y eso es divertido.”
Sobre Grace Coddington
Como bien lo señala Vogue, fue un ícono durante los sesenta pero no menos icónica en los dosmiles. Es considerada una pieza fundamental para entender la industria de la moda del último medio siglo.
Ella nació en la isla de Anglesey (al norte de Gales), bajo el nombre de Pamela Rosalind Grace Coddington un 20 de abril del 41. Sus padres administraban un hotel que quedaba desierto con la llegada del invierno. Grace, solitaria y enfermiza, pasó allí -al más puro estilo del niño de “El Resplandor”- su infancia y su adolescencia.
Cuando cumplió dieciocho decidió que había llegado el momento para irse a la capital y en 1959 junto a una amiga, aterrizó en Londres dispuesta a ganarse la vida. Se matriculó en un curso de modelo de dos semanas en la academia Cherry Marshall. “Ser modelo parecía el modo perfecto de fugarme a un mundo de riqueza y emoción, la oportunidad de viajar y encontrar personas interesantes (…). Además me encantaba ver ropa bonita en bonitas fotografías, y ahí soñaba con estar yo”, recuerda Coddington.
Más temprano que tarde, comenzó a posar para Norman Parkinson o David Montgomery y era imagen del peluquero Vidal Sassoon, que creó sobre su melena el corte cinco puntas. Su prometedora carrera como modelo se truncó por culpa de un accidente de coche en 1961. Hicieron falta cinco operaciones de cirugía estética para recuperar el párpado izquierdo que había perdido por culpa del impacto y dos años de recuperación.
En 1968 comenzó a trabajar como estilista para Vogue UK. Allí hizo equipo junto a los mejores fotógrafos del momento y recorrió el mundo de producción en producción. La colorina abandonaría la publicación en 1987 por un contrato como directora de diseño en Calvin Klein , pocos meses después de que Anna Wintour, la actual directora de Vogue USA, fuera nombrada directora de la cabecera.
Cuando, un año después, Wintour accedió a la dirección de la edición estadounidense, Grace la llamó para felicitarla y Anna le propuso que se uniera a su equipo, formando una dupla legendaria gracias, en gran medida, al documental “The September Issue”; “La gente en la calle se dirige a mí como si fuera la heroína de ese documental, yo creo que más bien se trataba de mostrar las tensiones creativas que experimentamos Anna y yo trabajando juntas”.
Coddington es una narradora excepcional a través de las imágenes y afirma que cada día se siente un poco más apartada de su profesión debido, en gran medida, a la virtualidad que impera hoy día. “Uno de los aspectos de mi trabajo que más me interesan es darle a la gente algo con lo que soñar, igual que soñaba yo de pequeña mirando fotografías. Todavía tejo sueños y me inspiro en todo lo que puedo, buscando la parte romántica del mundo real, no del digital”, asegura.
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