Durante nuestra estadía en Berlín quisimos ir a cuanto panorama existiese pero fue realmente imposible. Con el desarrollo en paralelo del Red Bull Music Academy (RBMA) y el Red Bull Music Festival (RBMF) el calendario de actividades era infinito, por lo que tuvimos que elegir –a veces de guata– lo que más nos interesaba.
De todas estas actividades, la que por decisión unánime se ubicó en el tope de la lista fue “S3kt0r UFO – 30 Jahre Techno”, que tal y como dice el título, consistió en una fiesta en conmemoración de los 30 años del techno en Berlín.
Si bien la ciudad que dio origen al género fue Detroit, con el paso de los años fue la capital alemana el lugar del mundo donde realmente se consolidó como un estilo de vida.
¿El lugar? Un gigantesco galpón ubicado en la Funkhaus, edificio que ya habíamos visitado de día en el contexto de la Red Bull Music Academy. De sólo imaginar cómo sería de noche, con un sistema de sonido de primer nivel y DJs de talla mundial, casi nos hizo morir de ansiedad.
El inicio
Decidimos llegar tipo 12 de la noche. La entrada fue rápida, el lugar tenía una sutil presencia de logos para ser un evento de marca y para nuestra sorpresa, ya había muchísima gente en el lugar. Fuimos a la barra y de ahí directo a la pista principal, que ya estaba casi llena. El maestro de ceremonia era ni más ni menos que Dr. Motte, un DJ alemán de gran trayectoria y fundador de una rave que los chilenos conocemos bien: Loveparade.
Cocktail de sonidos
Ya habiendo entrado en calor decidimos movernos a la otra pista para ver qué tal andaba. No estaba señalizada por lo que tardamos unos 15 minutos en encontrarla.
Subimos y bajamos las mismas escaleras como 5 veces hasta que dimos con un pequeño pasadizo que daba con la fiesta. El espacio era más chico que la pista principal, pero el frenesí era el mismo. Miss Kittin sonaba a tope y los bailarines parecían más bien deportistas de alto rendimiento. Bailamos alrededor de 45 minutos hasta que un amigo nos avisa “Hey, abajo empezó Underground Resistance”.
No lo dudamos un segundo, volvimos a la pista principal y nos ubicamos al centro para intentar recibir el sonido de la mejor forma posible. En ese momento entendimos por qué UR tiene tanta reputación ganada. En formato de B2B, diferentes DJs del colectivo como Mark Flash, Victor y Westbam tocaron lo mejor de su repertorio, generando el primer peak de la noche con un set tan ecléctico como honesto. Al rato después –ya casi al término del set– nos avisan: “Oye arriba empezó DJ Hell”.
Una verdadera leyenda del techno alemán había empezado… claramente nos movimos de nuevo.
“Amiga me pegó la… Red Bull”
Nunca habíamos visto nada parecido a DJ Hell. Es algo así como un cuenta cuentos, pero del infierno (si, el nombre te hace mucho sentido cuando lo escuchas).
El inicio de su set es sutil, elegante, casi religioso, pero en cuanto pasan los minutos todo va tomando notas oscuras, y sientes que en cualquier momento el lugar se incendia. Para ese entonces ya estábamos predispuestos a la euforia, nuestros sentidos estaban alterados y necesitábamos un poco más de potencia para despegar.
Bajamos de vuelta a la pista principal y, enhorabuena, Nina Kraviz acababa de empezar. Con un set íntegramente tocado en vinilos, Nina nos entregó casi a la medida el nivel de potencia que estábamos esperando. En ese lapso llegó el segundo peak de la noche, y quizás el más alto. Fue intenso, rudo, mucho más de cómo lo habíamos imaginado. El broche de oro lo puso Jennifer Cardini momentos más tarde, con un relato más viajero que los DJs anteriores, nos hizo bailar hasta que simplemente no pudimos más. Finalmente – tipo 6:00 am– nos fuimos a dormir, agotados, pero con la cara llena de risa.
En octubre, el Red Bull Music Festival aterriza en Chile con muchísimos nombres de nivel mundial. Puedes revisar el calendario completo de actividades haciendo click aquí.
Nos vemos bailando.
Texto: Felipe Suau
Fotografías cortesía de: @eeeriver & @danwiltonphoto