Ubicado en el corazón del Centro de Santiago en Ahumada Nº6 se encuentra Diego Olguín, alejado del mundo agitado que yace bajo los 9 pisos que lo anteceden. Ajeno a todo el ruido en un gran edificio tiene su taller donde repara cámaras de todo tipo.
Fui hace unas semanas por recomendación, ese mismo día que me lo recomendaron partí a verlo. Llegué a la dirección indicada, Cuando se abrió el ascensor y llegué al piso 1o empecé a buscar la Oficina 125, entre muchas puertas rojas encontré la susodicha y me dispuse a tocar, en verdad no sabía que esperar, ni quién era el técnico que me habían dateado, pero necesitaba probar suerte para poder hacerle el mantenimiento a una cámara Mamiya que me había comprado en el Persa de Cerrillos.
La cámara fue un hallazgo, no solo por que en si es de una marca bacán, si no que la historia detrás de ella era inusual. La gente que suele vender cámaras en ferias libres o persas comete el error de pensar que porque son antiguas pueden cobrar caro, pero ni siquiera saben si funcionan y ya se creen en el derecho de cobrar 80 lucas por una maquina que está con hongos y ni se puede usar. Esta vez corrí con buena suerte y la encontré ahí entremedio de unas ropas, pregunté – ¿A cuanto la cámara?– $45.000-, en si el precio estaba mas que bien, pero como aprendí de mi abuela ” En pedir rebaja no hay engaño “ pregunté –¿Y en cuanto me la deja?- “Menos de $35.000 no puedo, porque esta cámara tiene historia, viajé por el mundo con esa Mamiya y con ella le saqué foto a mis hijos, uno de ellos muerto” –Bueno, me la llevo– Fue bacán saber que la habían ocupado caleta y que aun estaba impecable, que no era un cachureo mas que llegó a sus manos. Chocha con mi maquina nueva partí a comprarle un rollo y ahí me dieron el dato. ” Si quieres hacerle mantención anda a Ahumada nº6, Oficina 125″. Sin mas ni menos partí al tiro para allá.
Ahí conocí a Diego Olguín.
Partió en el año 1978 como ayudante de una empresa que reparaban equipos de cine, 16 mm, 8mm, cámaras de aquella época, ese fue el punta pie para entrar en el mundo de la fotografía, desde ahí que no ha parado.
Después tuvo que cambiar al mundo digital, estudió electrónica, y se vio obligado a aplicarlo en estos tiempos, ya que antes todo era mecánica pura. Ahora es electro-mecánica, un híbrido entre esos dos mundos.
El cambio drástico del sistema operativo dejado a placas madres no fue un impedimento para poder reparar cámaras dañadas, para Diego no es necesario cambiar todo el cerebro, el le encuentra la falla a esa pieza, lo que le haga falta lo crea con sus propias manos, lo arregla y lo hace funcionar.
De un taller también en Ahumada se cambió a este, porque el otro era demasiado espacio y decidió achicarse. Rodeado de cámaras olvidadas por sus dueños pasa tardes completas descifrando mecanismos y encajando engranajes. Después de una larga conversación estas son algunas de las cositas que le pregunté:
¿Digital o Análogo?
-A mi me gusta la película, soy de lo Análogo. Ademas piensa tu, hoy en día, se ha perdido la magia de la fotografía. La fotografía digital se diseñó y se pensó en un principio para la guerra, para poder despachar de manera mas rápida las fotos. Luego se masificó con las camaras digitales compactas. Primero sacó Casio su primera cámara digital, pero su problema era que sus componentes eran muy grandes y que se gastaba al tiro la pila, podias sacar como 6 fotos.
A si que si tu me preguntas, me quedo con la película. Yo soy un Romántico de lo Análogo, porque eso me obligaba a sacar mi película, revelarla, esperar las 36 fotos en un tamaño determinado, en un álbum y con los negativos, que bien cuidados pueden durar mas de 100 años.
¿Qué es lo que realmente le gusta de arreglar cámaras?
-Mira de la Fotografía y sus cámaras lo que mas me ha gustado siempre ha sido la relojería, es una felicidad cuando alguien me trae una cámara antigua, son montones de piezas, cientas. Es como ver un motor viejo, para alguien que le gustan los autos antiguos sería como subirse a un Mercedes Benz antiguo o un Volvo. Pero por ejemplo, las cámaras digitales son..meh.
¿Cuáles son sus “aspiraciones” con su oficio en estos momentos?
-Ya no tengo ninguna aspiración, a este negocio lo saturaron, lo mataron los celulares. Solo la gente que entiende de fotografía va a seguir. Yo quizás voy a reparar cámaras toda mi vida, hasta que dure. Pero ya mas adelante para mis amigos, cuando me traigan alguna cámara que le falte algo por arreglar. Pero si tu me preguntas, verlo como negocio, como empresa, algo así como crecer? Ya no.
¿Afición u Oficio?
-Hoy es un oficio, y es un arte. Por ejemplo si tu me traes una de las primeras Leica te saldría 10 veces mas, porque ya no sería repararla, sería una restauración. Hay una diferencia enorme en reparar y restaurar. Si a alguna le falta una pieza, habrá que repararla y si no está habrá que hacerla.
¿Osea que usted hace piezas de cámaras? Algo así como un artesano…
-Pero obvio, en la practica si falta un pedazo de metal tienes que tallarlo, cortarlo, o si es un engranaje lo mandas al tornero a que te haga un engranaje con las mismas dimensiones. Lo que siempre se ha hecho.
Que genial, hay un montón de cosas detrás del trabajo de arreglar una cámara
Hay un mundo del que muchos no tienen idea.
¿Usted ha traspasado este conocimiento a alguno de sus hijos?
Si, pero no siguieron. Trabajaron conmigo, saben hacerlo, pero les llama mas la atención lo electrónico, de hecho trabajan en cosas relacionadas con eso.
¿Cree que algún día volverá lo Análogo?
-Me encantaría, de hecho Nikon pensó en volver a tirar una de sus cámaras al mercado, la FM2.
¿Y en qué están topando?
El mercado. La pelea es que la tecnología quiere llegar a la mayor cantidad de pixeles. Ya tocaron el “cielo”, pero en algún momento alguien se va a bajar, y volverá a los inicios.
Veo que tiene muchas cámaras ahí…
Si, son cámaras que la gente las deja aquí, la ley me faculta un año para tenerlas, después de eso las desarmo, las vendo o las boto. Simplemente algunas personas las dejan y no las vienen a buscar nunca mas.
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