“Si quiere Mickey váyase a Orlando”, le decía en broma uno de los banderilleros a una corredora de los 10K de la primera corrida Disney Magic Run.
La carrera prometía mucho. En el sitio invitaban a conocer las experiencias de Sao Paulo y Buenos Aires, luciendo carros alegóricos, juegos y sorpresas que volverían locos a cualquier fanático de Disney.
Llegamos con mi polola a las 7:45 AM, tal como decía la invitación, y ya había miles de niños y familias completas usando las poleras (que costaban entre 15 y 20 mil pesos) para participar en la carrera. Había un par de stands de fruta, una gigantografía con diseños de Disney para sacarse fotos … y eso. De los monos clásicos, nada.
Los niños se morían de ganas de partir, ya que seguramente habría muchas sorpresas. Ya era hora de comenzar y toda la gente se alistó en el punto de partida para correr la primera competencia, una caminata recreativa familiar donde la mayoría de los asistentes participó, un recorrido de 2.5 KM que iba desde el parque Bicentenario hasta Alonso de Córdova y vuelta.
Brutal decepción cuando los niños vieron la meta de fondo y no existía en realidad ninguna sorpresa. Nada, solo los carteles que indicaban la distancia.
Ya era momento de comenzar y apareció Mickey, Minnie, Donald, Goofy y Pluto, en una plataforma muy lejana y alta, a unos quince metros de la meta y unos treinta metros de la gente. Se dio la partida y comenzó la caminata.
Brutal decepción cuando los niños vieron la meta de fondo y no existía en realidad ninguna sorpresa. Nada, solo los carteles que indicaban la distancia. Era tanta la frustración de los papás que habían pagado bastante dinero que comenzaron a sacar fotos a sus hijos en los carteles que indicaban cuanto faltaba para la meta, con un pequeño diseño de Mickey o Minnie.
Y se acabó la primera carrera. Un recorrido por Alonso de Cordova sin ninguna sorpresa. Pobres niños ilusionados, que iban con sus cámaras en mano por si veían a alguno de los personajes Disney para sacarse una foto. De hecho, la organización daba a entender eso:
Miles de cámaras y muy pocas fotos. Los que si tuvieron la suerte de sacarse fotos fueron los participantes VIP, que pudieron compartir con los personajes, verlos y tocarlos, quizá conversar y debatir sobre lo que significa ser rico y famoso:
Luego fue hora de partir los 10K. Me alisté y comenzó la carrera. Era de esperar que tampoco había ninguna sorpresa, solo 10 Kilómetros de autopista, quizá para hacer creer a los competidores que iban por la Costanera Norte al aeropuerto para viajar a Orlando y de verdad vivir la experiencia Disney.
Luego se acabó la competencia. Una brutal decepción, que hubiera preferido saltarme mil veces. Y si quieren una experiencia Disney, les recomiendo una tienda de mall, una distribuidora de Patronato de productos de Mickey, o recortar un papel lustre negro en círculos y pegártelos en la frente como si fueran orejas de Minnie.
Pero no esta carrera. Nunca más. Never forget.