‘Ultimate Care II’ es un disco que ha pasado muy piola para lo que es y significa. Salió a principios de este año, en febrero, y la verdad es que no ha recibido (tanto) crédito como se merece. Es el nuevo trabajo del dúo de electrónica experimental Matmos, quienes ya llevan bastante tiempo incluyendo formas poco convencionales y ortodoxas en la creación de sus composiciones. Por ejemplo, para ‘The Marriage of True Minds’ (2013), se fueron en un volón muy parapsicológico y sensorial-expresionista: básicamente, a través del llamado “experimento Ganzfeld”, fueron grabando las reacciones de personas sometidas a dicho experimento para luego plasmarlas en la música que compone este curioso disco.
¿Te imaginas estar parqueado en tu casa y de repente decir “ya, bueno, voy a hacer música a partir de lo que suena en mi lavadora”.
En fin, ¿cuál es la principal gracia de ‘Ultimate Care II’? Está creado a partir de la grabación y alteración de sonidos CREADOS POR UNA LAVADORA. Sí. Leyó bien. ¿Te imaginas estar parqueado en tu casa y de repente decir “ya, bueno, voy a hacer música a partir de lo que suena en mi lavadora”? SO EDGY. Pero, la verdad, es que a los de este dúo proveniente de San Francisco le podemos dar esa licencia artística. Porque lo que finalmente resulta en ‘Ultimate Care II’ es uno de esos buenos viajes y experiencias en lo que a electrónica experimental concierne. Sin duda, con lo elaborado que es su sonido, es imposible no acordarse de grandes de la experimentación como Steve Reich, Brian Eno o La Monte Young, quienes también incluyeron formas poco tradicionales en la creación de sus composiciones.
Estructurado como una suite – el disco es un sólo track de 38 minutos -, lo entretenido de escuchar este trabajo es que en verdad se te olvida de que está compuesto a partir de los sonidos de una lavadora. Y es precisamente ahí donde está el talento de Matmos: alterar y producir la estética sonora de tal manera que se vuelve un trabajo de laboratorio y exploración realmente notable.
La premisa en que el dúo se basó para crear esta composición es, como ellos mismos explican, “la experiencia de una visión explosiva de la máquina, escuchando cómo opera normalmente, pero también como un objeto que se puede frotar, golpear y percutir, sometiéndola a una secuencia procesada “. Arte moderno, camaradas. Además, contribuyen a este experimento los grandes de Dan Deacon y Jason Willet (parte del dúo de punk vanguardista Half Japanese) para trabajar en las percusiones, programación y grabación del electrodoméstico más fome útil de tu casa.
Digno de ser destacado como uno de los discos más significativos del año, ‘Ultimate Care II’ es un proyecto que deja de lado la pretensión y se vuelve, originalmente, una obra de arte que no deja indiferente.