Fuimos a una degustación de ajís y salsas picantes y casi quedamos como Homero cuando tripea después de probar “el chile más picante del mundo”. Pero todo salió bien.
Amo las salsas picantes. Entiendo que muchos no comparten este mismo gusto pero sin ellas la comida no es lo mismo para mí. Las echo a todo: a papas fritas, a sandwiches, a hamburguesas, a pastas, a sopaipillas, al pan, al sushi y a la pizza. No me importa el país de origen. Me gustan todos los tipos: las mexicanas, las chinas, las tailandesas, las gringas y las árabes. (El sabor picante no es parte de la gastronomía tradicional europea.) No todas son iguales. Las salsas picantes de Asia son bastante distintas a las de México, por ejemplo. En general, las asiáticas son más dulces y la sriracha es prueba de eso.
Cuando voy a otros países siempre busco la salsa picante local y la pruebo. Es lo mismo que muchos hacen, incluso yo, con respecto de la cerveza. Probar productos de la cultura particular de cada lugar nuevo es uno de los placeres de viajar. En Chile, he hecho un esfuerzo para probar su variedad de salsas picantes. Cuando pido algo picante, la primera opción siempre es el merkén. Aunque me gusta, no es una salsa sino un aliño. Los pebres me encantan. Lo más cercano a mi ideal de salsa picante sería crema de ají y siempre la tengo en mi refrigerador. El único problema, desde la perspectiva de calidad y diversidad de sabores, es el hecho que sólo venden estas salsas de producción industrial.
Por literalmente años, no había encontrado o probado muchas salsas picantes chilenas artesanales. Hasta que conocí Chile Picante, ajíes del mundo, un distribuidor de salsas picantes artesanales de Chile y del extranjero. Se han posicionado como referente en la creciente comunidad de aficionados de salsas picantes. Se nota que saben mucho de ají y que lo aman. Venden más de 50 tipos de salsas en total en su tienda online y en forma presencial.
Si buscas mano de ají, ellos la son.
Chile Picante, no solo venden salsas picantes, sino que trabajan para educar y fomentar la cultura de ají en Chile. En el sitio web, tienen una sección dedicada a informar al sobre la historia, los beneficios, las contra-indicaciones e información científica sobre la capsaicina, la molécula que hace que el aji pique. Recién estrenaron sus catas de salsas picantes para que la gente pueda probar de la enorme oferta que tienen y encontrar una salsa que le guste.
Chile Picante me invitó a hacer una degustación y opte por probar solamente los productos nacionales de su línea.
A continuación, destaco los productos que más me gustaron:
Esta es la salsa propia de Chile Picante y es bien divertida. Con puros ingredientes chilenos — ají cacho cabra, merkén ahumado y pisco — es en mi opinión el mejor ejemplo del futuro de las salsas nacionales. No pica mucho lo que la hace ideal para los principiantes.
Esta es la más picante que probé. El picor que tiene es de una sensación seca y el sabor es fuerte a ahumado. Rico acompañado con pan o queso.
Esta era la más divertida de todas, gracias a las notas de maracuyá. Trae pepas de ají amarillo pero no pica mucho.
Esta la hacen con piñon, algo que realmente me tomó por sorpresa. Tenía mis prejuicios pero era muy rica. De hecho en términos de sabor, diría que es la más rica. El picor viene después.
A pesar de no ser una salsa picante, me alegré probar una mostaza nacional ya que he encontrado muy pocas. De estilo Dijón, combina bien con el merkén que agregaron. Interesantisima.
Durante la degustación, nos contaron que dentro de poco van a empezar a vender otra salsa con el ají Carolina Reaper, que es el más picante del mundo. Así que, amantes de las salsas picantes ¡Prepárense!
Puedes contactar a Chile Picante a traves de su pagina web, facebook, twitter o instagram.