Un nuevo estudio del grupo de investigación sobre lingüística y alfabetización aplicada de la Universidad Abierta del Reino Unido llegó a la conclusión de que probablemente estemos usando Facebook por una razón bien específica: juzgar a nuestros amigos.
La red social actualmente tiene a más de 2 billones de usuarios usando su servicio cada mes. Desde el sitio, argumentan que su objetivo es: “darle a la gente el poder de crear comunidad y de acercar al mundo”. El estudio investiga la conciencia que tienen sus usuarios sobre cómo funciona la comunicación en el sitio y las implicaciones sociales de esa comunicación, lo que incluye la forma en que la opinión e información circula y como reaccionamos a ellas.
Para muchos, la experiencia puede ser adictiva y molesta, y la razón es simple: todo tiene tiene que ver con el otro, y lo que sentimos sobre ellos.
Después de encuestar y entrevistar a más de 100 usuarios, los académicos observaron que continuamos usando el sitio, y mantenemos contacto con gente que nos molesta u ofende con sus opiniones, porque nos gusta observarlos en silencio. Y juzgarlos.
Facebook funciona como un espejo de nuestras relaciones diarias, en donde tratamos de crear relaciones mientras lidiamos con las fricciones normales que implica conocer a otro. Una gran porción de lo participantes del estudio dijeron que constantemente se ven ofendidos por comentarios políticos, la sobre-publicación de rutinas y auto promoción involuntaria de sus distintos amigos.
Por ejemplo, una persona entrevistada dijo que se sentía constantemente ofendida por comentarios y publicaciones homofóbicas de conocidos; mientras que otro se sintió mal luego de ver un estado de un amigo suyo criticando a las personas que publican mucho sobre sus hijos.
¿Por qué suceden éstas reacciones? Facebook reúne en un solo espacio la inmensa diversidad de personas que hemos conocido durante nuestras vidas. Publicar ahí es un tiro al aire, no sabemos exactamente quien lo leerá. En cambio en la vida real, según el contexto y con quién estamos hablando, vamos cambiando constantemente la forma en que nos comunicamos.
Esto quiere decir que nos estamos involucrando en conversaciones más personales en un espacio mucho más público, por lo que los distintos sistemas de valores que tienen nuestros conocidos pueden fácilmente entrar en conflicto.
Muchas veces cuando nos sentimos ofendidos no eliminamos a esa gente porque no queremos herir sus sentimientos. Puede ser un conocido, un colega de trabajo, un amigo de la infancia o alguien que no sabemos exactamente bien por qué está en tu lista de amigos; pero en todos los casos preferimos cambiar nuestra configuración que, de frontón, eliminarlos. Sólo para evitar ese conflicto de hacer sentir mal al otro.
Claramente nadie usa Facebook exclusivamente por la razón dada, pero el evitar hacer click en el eliminar amigo es una experiencia parecida a cuando vemos una pésima película y no la cambiamos: lo hacemos para burlarnos de lo mala que es.
Facebook nos da la posibilidad de ofendernos o molestarnos por los puntos de vista o comportamientos de otros que no son de nuestro gusto. Pero algo de eso, inevitablemente, nos gusta.