“Las mujeres tocamos la guitarra diferente. Cuando escuché Bikini Kill, las vi tocar sus instrumentos de una forma distinta que no estaba llena de ego”, explica la australiana Ali Barter. Que empiece la clase.
Cuando en un contexto actual te preguntas qué es lo que necesitamos en la música, qué falta y a quién le podemos encargar la responsabilidad de crear un sonido que refleje la volatilidad de las emociones que esconde estar en tus veintes, Ali Barter, la cantante indie australiana es quien.
Imposible no caer enamorado entre esa sencillez de su sonido, lo valiente de su voz y la importancia de su manifiesto artístico. Una mujer que entre sus ratos como niñera, trabajando en cafés y acompañando a su mamá en el trabajo que mantenía a la familia entre India y Australia, decidió tomar su guitarra y fallar cuantas veces fuera necesario para crear el sonido característico que la posicionó entre las mejores canciones del año en una de las listas más importantes de su país.
Llegué al Hotel donde se está alojando, me recibió con una mano en el teléfono, en su brazo una botella verde, un par de tarjetas de plástico duro y nos sentamos en el rincón de una sala de estar alejados, del ruido de la cafetería y de los otros medios con traductores profesionales.
Todo partió en 2012, juntando dinero por aquí y por allá, por todos lados. Su primer EP titulado Trip logró sonar en las radioemisoras australianas y permitirle presentarse en diferentes espacios dedicados a la música.
El 2013 ganó una de las competencias de Triple J Unearthed, un espacio dedicado a descubrir nueva música en su país. Esto la llevó a ser parte del lineup del Festival St Jerome’s Laneway.
Desde ahí, todo subió como espuma.
En 2014, un nuevo disco, Community, salió al aire en las radios y la banda The War on Drugs le pidió acompañarlos en su gira. El 2015 lanzó AB EP, e hizo una aparición en una serie de ABC1.
El año pasado lanzó el single que nadie podía dejar de escuchar. Girlie Bits. Una canción pegajosa, armoniosa y feminista.
Entre Chile, Argentina y Brasil “ha sido todo un viaje” de muchas fechas y presentaciones. En Australia la cantidad de artistas y su calidad no es definida por un género: hombres y mujeres parten con proyectos musicales que van madurando de a poco. “No siento ninguna diferencia siendo una mujer en esta industria”.
Son muchas las mujeres y chicas jóvenes quienes se acercan a Barter después de cada presentación para agradecer su trabajo. Se sienten felices de escuchar la música que presenta porque las hace pensar que ellas también pueden comenzar una carrera artística y replicar su historia de esfuerzo.
“Les gusta la manera en la que toco guitarra porque las hace pensar que ellas también pueden tocar guitarra, porque toco bastante simple. Los hombres tocan la guitarra de una manera muy diferente a algunas mujeres, pueden ser más técnicos. Cuando escuché Bikini Kill, las vi tocar sus instrumentos de una forma distinta que no estaba llena de ego, era como: tengo una canción y tengo una historia, tengo algo que quiero contarte. Estos instrumentos me están ayudando a encontrar una avenida para contar mis historias. Uso mi guitarra para contar mis historias, y la uso como herramienta para contar las historias, no se trata de ser perfecto, de ser técnico, de ser la mejor”
Todo se trata de usar sus instrumentos para expresarse. Después de un show dos mujeres se le acercaron y le dijeron que estaban en una banda y que les gustó cómo tocaba porque no las hacía sentir que no eran lo suficientemente buenas. “Es inclusivo, es lo mejor sobre ser mujer en la música”.
Para Barter más mujeres en este arte “ofrece otras maneras de ver las cosas”. Estar escuchando a hombres, comenta, tocar guitarra con técnicas muy específicas excluye a los demás “piensan que son los únicos que pueden tocar guitarra”.
Ve a mujeres tocar guitarra -de la manera que sea- es como alguien soplándole al oído: tú también puedes hacer esto.
La australiana está muy preocupada por dar coraje a tocas las jóvenes que quieren hacer música. “¡Tienes que hacerlo! Tienen que encontrar la manera para tocar los instrumentos que quieran en una manera que las represente, si quieren tocar algo muy técnico y loco, hazlo. Usa tu instrumento como vehículo para contar tu historia. Sigue escribiendo todo lo que quieras y cuantas veces quieras y hazlo, hazlo, hazlo”.
“Como los hombres dominan esta industria es común verlos cerca de las mujeres que hacen música y aconsejarlas y decirles que deberían cambiar esto y arreglar lo otro. Siempre le digo a las músicos: no los dejes hacerlo. Si toco mal mi guitarra, yo lo hice mal, y si suena una mierda es mi error, no necesito a nadie que me arregle, así nunca aprenderé. Nadie te lo hizo a ti, nadie arregló tu sonido ni tu guitarra. Hay que ser confiada y decir: sé lo que estoy haciendo”.
Obsesionada con la India, describe este amor por su cultura como un talento escondido. Así como también se maravilló con todo lo que pasa en el cono sur, al cultura la música.
En Valdivia, donde participó del festival Fluvial, se enamoró de las pequeñas calles y la laguna.
Conoció otras bandas chilenas. “Javiera Mena es genial”, cuenta. Le encantó la Cordillera de Los Andes, quiere volver para pasar más tiempo cerca de las alturas.
Es lo que necesitamos.
Ali Barter se estará presentando en el Festival En Órbita, en el enlance puedes seguir toda la información y participar por entradas.
Aquí está su disco debut A Suitable Girls, para que lo disfrutes.