Probablemente, tú y los miembros de la familia a la que perteneces hayan estado más de 10 veces en Viña del Mar, y no por eso les han entregado las llaves de la ciudad. Bueno, si eres Miguel Bosé y además has cantado en diez oportunidades en el Festival de la Canción de Viña del Mar como artista invitado. Esas son las ventajas de ser un músico consagrado con más de 40 años de trayectoria.
También, esa es la misma razón por la que se chaquetea una y otra vez al Festival de Viña es por repetir los mismos artistas más de dos veces. Y los que se presentan este año no son la excepción a la regla: Luis Fonsi, Illapu, Prince Royce, Carlos Vives, Jesse & Joy, Europe. Casi la mitad de la parrilla. Entre algunos hay varios años de diferencia de la última presentación en la Quinta Vergara, pero entre otros no. Incluso, han sido contratados para presentarse por el mismo canal que lleva el Festival (cof, cof, Chilevisión).
Hay varias razones para bajarle el mérito, como por ejemplo, el formato kitsch que insiste en mantener. Desde su primera edición en 1960 que el Festival de Viña del Mar se trata sobre una competencia de canciones originales (al principio inspiradas en la “Ciudad Jardín”), cosa que no ha cambiado en las 49 versiones que ha tenido. Desde que se comenzó a transmitir por televisión en 1963 que, además, es un festival de variedades; entiéndase como uno que tiene animadores, números intermedios (en el caso actual humoristas), competencia folclórica e internacional y músicos de renombre.
“Que el Festival de Viña está un poco pasado de moda en su estructura no es razón para tirarle mierda todo el tiempo”.
Todo aquello que no sean los artistas invitados, y en lo últimos años los comediantes que comenzaron a tener éxito asegurado después de presentaciones como la Ruperto, Stefan Kramer o Dinamita Show, es básicamente para el forastero o el que lo vé por la televisión, una perdida de tiempo. Y aunque tengan un poco de razón, que el Festival de Viña está un poco pasado de moda en su estructura no es razón para tirarle mierda todo el tiempo, porque, querámoslo o no es una de las pocas razones por las que Chile aparece en el mapa internacional y, también, te ha dado momentos inolvidables como estos.
Daddy Yankee, 2006
Este show, quizá uno de los más memorables en la historia reciente de Chile, es la razón por la que su servidora hizo todo lo posible porque un compañero de curso, cuyo mamá trabajaba en la Municipalidad, la invitara el día que tocó en su segunda venida, el 2009.
Ver a un puertorriqueño, que le puso soundtrack a todos esos besos que se dieron los pokemones en esas fiestas de día (tribu urbana juvenil que se caracterizó por una estética screamo pero escuchaban reggaetón) bajar de un trono como si fuera el rey del universo te explota la cabeza. Su carrera había arrancado hace un par de años, entonces su arribo al Festival había sido más que esperada con ansias, pero nadie se iba a imaginar la locura que se desataría.
“Es uno de los shows más memorables que he visto en mi vida, y eso que he cubierto viña 8 años. Creo que es uno en los que más he visto euforia y locura fueron Daddy Yankee y Ricky Martin. Ni Rafael, ni Camilo Sesto, ni Juanes, ni La Oreja de Van Gogh. El show de Daddy Yankee dejó la súper zorra, era hasta peligroso; era como estar en un show de punk”, dijo Felipe Arratia, quien trabajaba en 40 principales en ese entonces. Veánlo por ustedes mismos y ríndanse ante los pies de King Daddy.
The Police, 1982
A pesar de que precisamente nunca fueron un grupo antiestablishment como The Clash o The Sex Pistols, los británicos de The Police si tenían claro que todo lo que fuera de derecha y represivo contra su propio pueblo había que sacarlo del poder.
En plena dictadura chilena y en el peak de su carrera, Sting, Summers y Copeland pisaron la Concha Acústica en 1982 a un país que anhelaba ser del primer mundo pero que estaba muy lejos de serlo. Como había que aprovechar la ocasión, el vocalista se mandó unos dichos en contra de Pinochet que no dejaron a nadie indiferente en plena transmisión. Sting, años después, le dedicó una canción a la situación de Chile y Argentina en el tema “They Dance Alone”. Histórico es poco.
Shakira, 1997
A solo un par de meses del lanzamiento de su mejor disco ¿Dónde están los ladrones?, Shakira se presentó en Viña del Mar con dos discos bajo el brazo y una participación en la competencia internacional de 1993 con la canción “Eres”. Ganó el tercer lugar, pero logró el reconocimiento del público chileno que la quisieron ver en el único show en solitario de la colombia en la Quinta. Hoy, Shakira es la artista femenina latinoamericana de más éxito en el mundo y, aunque su presentación fue breve con canciones que ahora son clásicos, aún añoramos verla de nuevo a través de nuestras pantallas.
Alejandro Sanz, 2001 (Feat. Miguel Bosé y Ana Torroja)
Que penita más grande que no está la presentación completa en YouTube, pero lo necesario es ver esto: la fuerza del pop español en tres voces definitivas. Era un sueño hecho realidad para nuestras mamás ver a tanto cantante de peso en el escenario, como para nosotros también fueron esa versión de “Corazón partio” que se mandaron en el escenario Bosé, Torroja y Sanz. El artista principal de ese entonces era Alejandro Sanz, quien ya tenía grabados 6 discos bajo el brazo y todo el público bajo el brazo con esas alusiones a Viña del Mar y el coqueteo directo con las señoras que se desgarraron las cuerdas vocales gritando sus canciones.
Ricky Martin, 2007
Cuántos desmayos habrán visto esos paramédicos. Al llegar al coro en “Vuelve”, el canto de las mujeres y hombres en todo Viña del Mar se escuchó hasta Santiago. Para ser más realistas, por lo menos hasta Quilpué y Valparaíso. Esa aura de hombre inalcanzable, que se confirmó aún más cuando se declaró homosexual (cosa que no era necesaria pero bueno, aún seguimos viviendo en ese tipo de mundo), no paró ni parará que lleguen las mujeres a corearle los hits, mover las caderas cuando se escucha “She Bangs” o ponerse a llorar con “Fuego contra fuego”. Mención honrosa al escote profundo de Ricky. Que pectorales.
Calle 13, 2011
Quizá el poder de artista te hace pasarte el protocolo por donde te quepa. O tal vez es simplemente ser políticamente incorrecto sin importar lo que te digan. El dúo puertorriqueño Calle 13 prometió una fiesta en el cierre de la cuarta jornada del Festival de Viña de 2011. Polémico es poco, porque Residente dejó claro desde el principio que no iba a aceptar los premios que le iban a entregar los animadores y se subió con un “Fuerza Mapuche” en la espalda. Durante su presentación de 2018 en el Festival del Huaso de Olmué habló sobre el tenso momento del después del show:
“Me vinieron a sacar del país, me fueron a buscar al helipuerto del hotel. Era mi cumpleaños de hecho, me acuerdo que era mi cumpleaños. Nos fueron a buscar y me dijeron que no podía hablar de cosas ‘políticas’”.
31 minutos, 2013
Ser el programa de televisión para niños más exitoso de la historia del país es algo que nos enorgullece, sobre todo si es que estamos de vacaciones en México y queremos alardear de algo. Ahora, llevarlo a un show completo, con intervenciones, música en vivo, titiriteros moviendo a los personajes es una cosa que todos deberían ver. No hay nadie que quede indiferente, grandes y chicos cantando y bailando por igual, cual si se transportaran a la época de Cachureos o Pipiripao para sacar el niño que tenemos adentro. Nota al margen: me acuerdo perfectamente de esta presentación, porque justo un compañero de universidad se me estaba declarando por Facebook. Ahora es gay <3.
Los Prisioneros, 2003
“Toda la Quinta pifiando, a ver esas pifias. Queremos pifias”.
Ni siquiera habían empezado a tocar y ya se quería agarrar a mocha con todos. Las cosas ya no estaban bien entre Tapia, Narea y González, pero igual aguantaron un par de meses más hasta que en septiembre de ese mismo año anunciaron la separación con el guitarrista. Micrófonos abajo, que importa, si en febrero se mandaron un show espectacular, por decirlo menos. Tan políticos como siempre, las pifias les importaron poco, porque al final de la hora y media de presentación los tenían a todos en el bolsillo.
Morrisey, 2012
Esta es de dulce y agraz. Por un lado, Morrisey estaba feliz de cantarle a sus fanáticos con la camisa abierta. Para otros, simplemente fue un parto: supuestamente se quejó del vestido de la entonces animadora Eva Gómez, no se quedó con los galardones y los dejó en el escenario y Alex Hernández, el director del Festival y Mekano, se refirió a su paso por esa edición cuando quería que sacaran al animador Cristián Sánchez del público.
“Morrissey es un artista que no quiso participar de la fiesta que es el Festival de Viña. Eso lo vuelve un artista que, en lo posible, ojalá no vuelva nunca más”, dijo a La Tercera.