Neil deGrasse Tyson, conductor de la serie Cosmos, escribió Astrofísica para gente apurada pensando en ti, en mi y en todos los que vendrán.
La última vez que visité un museo relacionado con la ciencia, fue el 2015 en New York. Era el Museo de Historia Natural, dónde a pesar de estar enfocado principalmente a la arqueología y el estudio de la historia humana, hay un par de salas sobre astronomía y geología. Antes de eso, el colegio fue mi último acercamiento a la ciencia, entre química, biología y filosofía (sí, filosofía).
En 4º Medio, hace casi una década, tuve que hacer una disertación sobre la Teoría de las Cuerdas para ese ramo. Yo, que había dejado de ponerle atención a física en primero medio, tuve un poco de temor ante la tarea, que más encima era coeficiente 2. Éramos un grupo de 4 y me encargué de que cada uno tuviera su parte, que se llevaran el capítulo del documental que nos pasó el profe y que entendiéramos lo que estábamos aprendiendo. La idea de este trabajo era pasar por todos los acontecimientos científicos que han marcado a la humanidad, desde el Big Bang a la Teoría de la Relatividad. Nuestro grupo le tocó la última de las teorías desarrolladas a cabalidad, es decir, la que nunca habíamos escuchado.
Brian Greene conduce The Elegant Universe, mini serie homónima de su libro de 1999, dónde explica con peras y manzanas que es exactamente la Teoría de las Cuerdas en una hora de documental. La materia está compuesta de átomos, formados por tres componentes: electrones, neutrones y protones. Los electrones son partículas fundamentales, y los neutrones y protones están compuestos de quarks, partículas más pequeñas elementales. Hasta ahí vamos bien, no estábamos perdidos en lo absoluto.
Pero las partículas no pueden existir sin fuerzas. En el universo existen cuatro fundamentales: gravedad, electromagnetismo y las interacciones débil y fuerte. La forma de producir estas fuerzas es a través de partículas que las portan. Cada una de estas fuerzas es producida por una partícula específica, y si no te las sabes, google it. Y de todas las fuerzas que hacen que estés leyendo este artículo y a mi me permitieron escribirlo, la gravedad es la única que no se ha podido describir a nivel microscópica y la Teoría de las Cuerdas es la más cercana a explicarla por completo, también llamada Teoría del Todo.
Esta teoría está en desarrollo, e incluye agujeros negros, de gusano, 11 dimensiones y universos paralelos. Pareciera que estuviera sacada de un libro de ciencia ficción, pero propone algo que cambió la ciencia para siempre. Propuso que estas partículas fundamentales son en realidad un objeto básico llamado cuerda. Si llegara a ser correcta, la representación de un electrón no es un punto, sino que una cuerda que se mueve y oscila de maneras diferentes, y cada movimiento es una representación diferente de estas partículas.
https://www.youtube.com/watch?v=-kQXy9GZMuc
Si bien en ese tiempo mi único trabajo era ir al colegio y estudiar, en un par de semanas le agarré el vuelo a esta compleja teoría, la explicamos frente a un curso de más de 40 alumnos y nos sacamos un 7 por dos. Yo, quien me consideraba una inútil en cuanto a ciencias e iba a entrar a una carrera humanista en la universidad, con un poco de esfuerzo, logré entender de manera básica algo que pudo haberme costado un rojo y un castigo de aquellos.
¿Realmente queremos saber más de ciencia?
Según la Encuesta Nacional de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología, de 2016, realizada por Conicyt, el 51,3% de los encuestados mayores de 15 años reconoció haber recibido un nivel de educación científica o técnica “muy bajo/bajo”, y sólo un 7,3% creyó que tenía un nivel “alto”. Esta brecha en relación a la educación científica en Chile está apoyada también por otro resultado: el 83,% de los entrevistados dijo haber visitado con regularidad un mall y un 14,6% el haber visitado un museo de Ciencia y Tecnología (CyT).
Lo incongruente está en que los chilenos si piensan bien de aquellas carreras que están relacionadas con la ciencia: médicos (83,7%), ingenieros (78,8%) y científicos (78,6%) son las carreras más prestigiosas para los encuestados. Dentro de esta zona de privilegio, otra encuesta de la Fundación Imagen de Chile reveló que un 78% de chilenos piensa que la astronomía es una herramienta para posicionar mejor en cuanto a la percepción del país en el extranjero. un 78% de la ciudadanía piensa que si se usara esta disciplina como una herramienta de posicionamiento mejoraría la percepción de nuestro país en el extranjero. En conclusión: nos gusta la ciencia, nos parece una disciplina de elite pero no sabemos mucho de ella porque no le dedicamos tiempo a conocerla.
Bajo la premisa de que las personas con trabajos y vidas lejanas al querer informarse de manera apasionada por un tema, es que nació “Astrofísica para gente apurada” (Paidós, 2018) de Neil deGrasse Tyson. Más conocido por su trabajo en la serie Cosmos, dónde explica y te lleva de paseo por los misterios del universo, deGrasse es uno de los divulgadores científicos más conocidos de hoy. Es Doctor en Astrofísica de la Universidad de Columbia, con una Licenciatura en Astrofísica de la Universidad de Harvard, y desde 1996 es el director del Planetario Hayden en New York, el cuál es parte del Museo de Historia Natural. “De vez en cuando, cada uno de nosotros ha visto el cielo nocturno y se ha preguntado: ¿qué significa todo esto? ¿cómo funciona todo esto? y ¿cuál es mi lugar en el universo?”, escribió deGrasse.
“Si estás demasiado ocupado para entender el cosmos tomando clases o a través de libros de texto o documentales y aún así buscas una breve pero valiosa introducción a la materia, te sugiero Astrofísica para gente apurada. En este delgado libro obtendrás los fundamentos sobre los principales conceptos y descubrimientos que impulsan nuestra comprensión moderna del universo. Si tengo éxito, serás versado en mi área de especialidad y quizá te quedes con ganas de aprender más”.
Neil es el que continuó la tarea del astrónomo Carl Sagan, conductor de la versión original de Cosmos en 1980. Ambos tuvieron un encuentro en 1975, cuando Neil era un estudiante en el Bronx muy apasionado por los misterios del universo y Sagan lo invitó a pasar un día con él en la Universidad de Cornell. Ese día el joven Neil, quien ya sabía que quería ser un astrónomo, supo de Carl Sagan cual era la persona que quería ser. Años después, Neil deGrasse Tyson tomaría la conducción de Cosmos, tal como en algún momento lo hizo Sagan.
“Durante nuestra breve visita en el planeta Tierra, nos debemos a nosotros mismos y a nuestra descendencia la oportunidad de explorar. En parte que es divertido, aunque hay una razón mucho más noble. El día en que nuestro conocimiento del cosmos deje de expandirse, nos arriesgamos a retroceder a la visión infantil de que el universo, en sentido figurado y literal, gira alrededor de nosotros. En ese sombrío mundo, la gente y las naciones portadoras de armas hambrientas de recursos serían propensas a actuar de acuerdo con sus prejuicios mundanos. Y ese sería el último suspiro de la iluminación humana, hasta que surgiera una nueva cultura visionaria que nuevamente pudiera aceptar, en vez de temer, la perspectiva cósmica”.
“Astrofísica para gente apurada” no es un libro para principiantes, eso sí. En las más de 200 páginas que tiene la versión en español, cada una tiene una cantidad de información que dejará boquiabierto a quien pasé por sus palabras. Pero de todas maneras es amigable: nos aproxima a los diferentes temas que componen el cosmos en capítulos cortos que destilan pasión por la astrofísica. Es notoria la admiración que Neil tiene por Einstein, Newton y Hawking, entre otros, quienes ayudaron a cementar el camino que hoy el pisa y que todos, de alguna forma u otra y en medio de otros problemas graves para la humanidad, deberíamos seguir, aunque sea leyendo un poco en la micro hacia nuestros trabajaos.