“A simple vista Ai Weiwei tiene muchos elementos para hacer de sus obras una de las favoritas en el mundo contemporáneo y en clave de arte contemporáneo”, dice la periodista cultural, experta en estética y filosofía, Camila Mellado.

Pese a todas las críticas que podríamos reafirmar cuando vemos arte contemporáneo, esta búsqueda de la experiencia artística de públicos frente a piezas, que pueden resultar absurdas a la insensibilidad artística, son poco inspiradoras y pese a toda la carga teórica de los curadores el trabajo necesita de una sobre explicación, de expertos, de miradas de los amigos de los artistas, para interpretar piezas juntas en una muralla.

Con Inoculación de Ai Weiwei pasa que el sustento de su vida parece dialogar con la actualidad internacional. No es sobre China. Bueno, lo es. Pero es una China, es una Europa, son refugiados, es la migración, la pobreza y la realidad político económica la que recrea estos puntos críticos en lugares distantes.

Podemos encontrar en la obra del artista chino una interpelación directa al autoritarismo, al fascismo y a la violencia estatista. Es un claro ejemplo de la yuxtaposición entre disciplinas artísticas y una vida de precariedad.

Weiwei no fabrica la mayoría de sus obras, si no que trabaja con artesanos y ayudantes. Igual por la proporción de estas sería difícil. Varios artistas contemporáneos destacados que trabajan de esta manera, un ejemplo es Demien Hirst.

La monumentalidad de Weiwei es por repetición. Logra lo colosal a través de la repetición de lo pequeño a diferencia de otros artistas contemporáneos como Ron Mueck, que también trabaja sobre lo colosal, pero con esculturas humanas.


Comenzamos con Forever, una instalación de más de 1000 bicicletas de la marca china Yong Jiu, que en español sería Libertad para Siempre, un guiño a Duchamp, autor al que Weiwei le debe su dedicación al arte. Al entrar una línea de su vida, su familia y su padre Ai Qing- amigo de Pablo Neruda- pasando por su estancia en la cárcel, recorre la primera muralla.

A la misma altura, el Moon Chest se disputa el medio del espacio. De los 81 cofres de madera de membrillo chino, Weiwei dispone sólo siete para la exposición. Fueron construidos por expertos en el trabajo de esta exclusiva madera china. Cada cofre cuenta con una abertura circular, construyendo en su alineación un mueble enigmático con el efecto de las fases lunares.

Sex Toys se compone de tres piezas que interpretan dildos, de fabricación común en silicona, hechos en piedra jade (la más preciosa de China). Con esta obra nuevamente provocó al Estado de China.

Surveillace camera with Plinth. Luego de pasar 81 días como un detenido clandestino, fue liberado bajo vigilancia tras ser acusado de bigamia, difusión de pornografía y transacción ilegal de divisas. Se le confiscó su pasaporte y 20 cámaras se instalaron en su casa en Beijing.Dropping a Han Dynasty Urn. En 1995 el artista dejó caer de manera intencional una urna de la dinastía Han y capturó el momento en tres distintas fotografías, las que representó en piezas Lego.

“A simple vista Ai Weiwei tiene muchos elementos para hacer de sus obras una de las favoritas en el mundo contemporáneo y en clave de arte contemporáneo. La política y la disidencia son ejes centrales en su trabajo, pero desde un cuidado esteticismo en el que lo monumental parece ser una suerte de ideal”, dice la periodista cultural Camila Mellado.

“Enormes instalaciones, elaboradas en metal o materiales pesados, maravillan y atraen la atención, quizás porque nos recuerdan lo desechable e instantáneo del mundo contemporáneo. Este es también un elemento presente en el arte contemporáneo, el gesto estético que no busca necesariamente permanecer materialmente en el tiempo pero si en la memoria. Para esto Weiwei trabaja en espacios amplios, muchas veces abiertos, desde los que golpea al público con construcciones colosales”, continúa la experta en estética y filosofía.


Inoculación resultó ser un paso por la foto pop del mejor artista contemporáneo chino. Una interesante escena de grandes trabajos reunidos en un contexto de represión. Hoy el arte contemporáneo cumple una función que tiene que ver incluso con la cuenta de Instagram del autor. La relación del #ArtSelfie con el museo y el híbrido entre estos espacios.

Finalmente el arte contemporáneo se está transformando en un marco exclusivo y elitista de una selfie.


Horarios: MAR – DOM 11:00 A 14:00H

Entrada liberada: 14:00 A 18:30H

Entrada pagada: Adultos: $2.000 Niños, estudiantes y 3era edad: $1.000

Ubicación: CorpArtes, Rosario Nte 660, Las Condes, Región Metropolitana.