El Rize es conocido popularmente así, y nuestra generación se los toma como Skittles. Como podrás imaginarte, no es una buena idea y una psiquiatra te explica por qué.
Soy una persona ansiosa, pero no de esas que se angustian porque no les respondieron un mensaje o se estresan por una cita Tinder. Mi ansiedad es tal que no puedo excederme con el café durante el día porque significa un ataque de pánico seguro; tampoco puedo fumar marihuana sin que aparezca una fuerte crisis de angustia de por medio y además tengo periodos de insomnio que me llevan por un círculo vicioso de no descanso donde me siento peor.
En resumen, vivo hace tanto tiempo con ansiedad que olvidé como se sentía vivir como lo hacen las mismas personas que me piden por favor que me quede quieto o que no sea exagerado cuando me siento mal por motivos desconocidos.
Ha pasado tiempo desde mi primera crisis de pánico -8 años- y en ese camino logré controlar este estado de ánimo aceptándolo y minimizándolo al máximo mediante diferentes técnicas que fueron de gran ayuda para mi salud: deporte y buena alimentación además de periodos de terapia psiquiátrica lo suficientemente cortos como para no engancharme de ningún ansiolítico.
Pasé de tener agorafobia -donde lo más cotidiano significaba un peligro para mi cabeza- a saber controlar la angustia ignorando el dolor de pecho y la falta de aire, después de todo al cabo de un rato se pasa (siempre)
La verdad es que no he superado mi ansiedad pero sí aprendí técnicas para aceptarla. Tampoco crean que soy la Pilar Sordo del tema y que planeo escribir un libro de mis vivencias para superar este difícil camino de autosanación. Todavía existen momentos donde necesito una ayuda externa, y casi como una premonición me topé con el Rize.
Nunca había escuchado hablar sobre este fármaco hasta principios de año cuando varios amigos discutían lo maravilloso que era dejarse caer por los efectos de la pastilla (después de todo, la ansiedad es un tema bastante generalizado y conozco a decenas de personas que tal como yo, viven a diario con ella).
Pasaron lo meses y se repitió la escena. En una mesa después del trabajo una compañera lo recomendó como la solución perfecta para terminar con periodos cortos de angustia.
“Es lo mejor para cuando te despiertas avergonzado después de una noche de fiesta donde hiciste cosas que no debías” sostuvo.
Como si fuera una señal divina, solo un día después un amigo al tanto de mis problemas de ansiedad me regaló un par de pastillas no sin antes advertirme sobre los riesgos de mezclarlas con alcohol. Las guardé para un momento de necesidad máxima, porque siempre utilizo los ansiolíticos como último recurso.
El clonazepam/ravotril se ha hecho de una mala reputación a diferencia del Rize que comienza a ser popular entre las personas ansiosas de nuestro país -y digamos que un buen porcentaje de la población lo es-. Cuando lo probé, fue justamente todo lo que me habían dicho y más: sensación de relajo seguido de un sueño pleno del que nadie podría despertarme de haberlo intentado.
Pregunté a un par de personas sobre su experiencia con la nueva pastilla de moda y esto fue lo que me contaron:
Rodrigo, 34
“Lo recetó mi siquiatra en un momento de crisis. Cada vez que no logro resolver un tema por mi solo, vuelvo a recaer. Es la mejor droga que he tomado, baja mi ansiedad en todo ámbito, me quita el hambre y hace que mi concentración suba al 100%, pero no lo mezcles con alcohol porque te vas a la mierda. Me consigo Rize con mis amigos doctores cuando necesito y siempre tengo uno en la casa. Lo uso también después de tomar M o alguna otra droga más fuerte como la ketamina. Así duermo sin dramas ni problemas”.
Felipe, 30
“Fui a terapia por el estrés laboral que sentía además de estar involucrado en una relación que terminó mal. Le expliqué cómo me sentía siendo enfático en un dolor en el pecho que sentía de forma constante. Según explicó el profesional, los síntomas eran netamente por angustia. Llevo dos semanas tomando Rize y el día que olvidé tomar la pastilla me sentí mucho peor que al principio.
No se si lo recomendaría porque creo que se puede controlar la ansiedad y angustia con sicoterapia. El Rize lo veo como algo artificial que no cura la raíz del problema aunque ayuda a no sentir síntomas“.
Victoria, 22
“Lo tomé durante mis viajes para no apunarme y poder dormir. Casi me muero en Machu Pichu, y por eso decidí prevenir y tomar antes de viajar, una media hora antes. Dormía todo el viaje, no sentía malestar alguno. Agradezco esa herramienta porque lo hubiese pasado muy mal de no tener algo a mano que sirviese. No sentía nada, solo bastante sueño”.
La pastillita de moda -como fue en su tiempo el Mentix y también el mismo Ravotril– realmente ha vivido una explosión de consumo en los últimos 5 años según consta el reporte realizado por La Tercera el año pasado. Las más de 44 mil cajas comercializadas el 2012, subieron a 441 mil (y ojo que hablamos de las ventas legales del fármaco por que para variar se puede encontrar sin receta por todo internet).
“El Rize, cuya molécula es clotiazepam, es de la misma familia de las benzodiacepinas a la que también pertenece el Clonazepam”, nos cuenta la psiquiatra Loreto Neves.
“La principal diferencia entre ambos tiene que ver con la potencia y el tiempo que dura el efecto de cada uno, siendo el efecto y la potencia del Clonazepam mayor y más prolongado que el clotiazepam” agregó.
Lo anterior pudo ocasionar la popularidad del fármaco al presentarse como una alternativa menos invasiva que el clonazepam, pero es algo completamente falso.
“La verdad es que esto es cuestionable ya que en la práctica clínica como psiquiatras vemos que esto es dependiente de cada paciente, por lo que no se puede generalizar” sostuvo la profesional.
Los riesgos de consumir Rize, explica, son los mismos para todas las benzodiacepinas: falta de concentración, enlentecimiento cognitivo y motor aumentando el riesgo de caídas y accidentes además de dependencia física y psíquica que provocan síndrome de abstinencia al momento de dejar el fármaco.
Por eso, infórmate para ver qué terapias alternativas puedes tomar antes de dejarte llevar por recomendaciones de terceros y consulta con un profesional de confianza sobre los riesgos y dudas al momento de tomar ansiolíticos para controlar tu angustia.