L0V3.txt es la nueva sección de Pousta donde podrás mandar tus historias de amor. Pero eso sí: con nombre y apellido, que el amor es muy bello (por más doloroso que sea) para escondernos detrás de un pseudónimo.

“Amor, amor, ¿dónde oí esa palabra antes?”. Rebuscado y todo, pero la letra de “Paramar” de Los Prisioneros siempre resonó en mi mente más que ninguna otra. Es una que agarra un significado diferente entrada la adolescencia, cuando por fin ese niño que te gusta te dio un beso y al par de días ya lo andas tratando de “Amor” o le dices “te amo” sin entender realmente el poder de esa frase. La verdad es que amamos y nos aman desde, quizá, antes de nacer, y aunque ese amor esté cargado de posesión porque somos “algo de alguien” (hijo de, nieto de, sobrino de…), apenas pegamos el primer llanto después de la nalgada del médico ya nos quieren con todo el corazón.

El algún punto, después del primer corazón roto que nos dejó llorando en una banca del parque al lado de tu casa, ese amor dio un vuelco y no hay nadie más en el mundo que pueda salvarte de la soledad (y de ti mismo, porque aún no sabes quién eres). Se te olvida que amas a tu mamá/papá/hermanos, a tu mascota, a tus mejores amigos. A la casa en que creciste, al cielo estrellado o el mar que aún no sabes nadar bien. El amor romántico del uno a uno (la pareja) te ciega y no es completamente tu culpa, porque la sociedad nos enseñó a apostar solamente a eso.

No soy quien para decirte que ese tipo específico de amor te llevará a la perdición, porque es un proceso personal, pero ellos son solo puntos en el infinito del amor. Puedes googlear que significa amor según tal rama de la psicología o la filosofía, o cualquier tipo de ciencia, como nos afecta el cerebro y el corazón. Ve una TedTalk tras otra, el podcast sobre relaciones o pregúntale a tu mamá y a tu amiga. Todos te dirán cosas distintas y a la vez completamente iguales; es que el amor es un sentimiento universal pero una experiencia particular. Esos sentimientos se espejean con los tuyos, los míos y los del otro, haciéndonos parte de un todo.

Una de las formas de encausar esos sentimientos es escribiéndolos. Yo escribo cada vez que algo está embotellado dentro mío, a veces de muy mala manera y dolorosa, otras con distancia. El escribir permite compartir las cosas que están embotelladas dentro de nosotros y, finalmente, podemos dejarlas ir. No es una fórmula mágica, porque no funciona enseguida, pero ayuda a apaciguar el alma emocionada o dañada, dependiendo de nuestra etapa, y darle una voz real. Y de alguna forma, esa experiencia tuya le puede servir a otro que entiende por lo que pasaste y así también sanar en comunidad. Eso es L0V3.txt.

No hay nada peor que sufrir o amar en silencio, así que en Pousta nos pusimos la misión de darte la posibilidad a ti de escribir ese amor que te marcó la vida; el perro de tu infancia que te ayudó a sobreponerte de la separación de tus papás, el amor del colegio que también vivió cosas complejas, el amor a tu hermano que hoy es la persona que más ves día a día. Rompamos los paradigmas de un amor marketeado y volvamos a vivirlo como es: un universo en sí mismo.

Si quieres mandarnos tu historia de amor en L0V3.txt, escribe a singular@pousta.com. Mínimo requerido: tres páginas de Word. Besos y amor para todos.