Produce 48 quiere hacer un súper grupo de 12 miembros. Wow.

Antes de que empiecen a odiar porque estamos hablando de algo que es relativamente desconocido para el mainstream, pero hey, tenemos derecho a ver lo que queramos y ya que el k-pop es un género musical solido en este país dijimos…bah, que más da.

La historia se remonta un poco más atrás. Los amigos del amigo de un gran amigo (así, tal cual, aunque yo creo ya a esta altura somos amigos…por favor, no me nieguen) son fanáticos del pop coreano y lo ponen en la smart tv cada vez que pueden. Al principio era muy meh, pero al tiempo ya me sabía los nombres de algunas chicas de los grupos y podía, al menos, tararear las canciones.

Hasta que un día pasó lo siguiente.

En una junta para ver Rupaul’s Drag Race, estaban tan emocionados porque ya había salido un reality coreano que estaban esperando hace tiempo. Recién estrenada la tercera temporada, estaba en YouTube la presentación general de las concursantes. Lo que vi fue una locura absoluta.

Adictiva. Enigmática. Lisérgica. Absolutamente incomprensible, 96 jóvenes participan en una especie de battle royale dónde compiten por el amor de los productores del show y del público, que semana a semana las ven llorar, superarse (un valor extremadamente asiático) y ser adorables. ¿Cómo pueden caber casi una centena de mujeres en un mismo escenario? Bueno, la magia de la televisión todo lo puede, y con pistas de baile móviles y luces láser es un espectáculo digno de estadios.

Al reality, llamado Produce 48 (Produce por el programa de la misma cadena que transmite el show, Mnet, Produce 101, y el grupo de j-pop AKB48), llegaron estas mujeres persiguiendo el sueño de ser parte de un grupo de idols que tendrá una vida útil de 2 años y medio. Serán un total de 12 las que serán parte de esta futura banda, en un mix de coreanas y japonesas. Cada una de las chicas tiene una categoría (de la A a la F), viven en una casa estudio y ensayan todos los días con sus grupos. Si lo hacen bien, pueden subir de nivel y si lo hacen mal…se van directo a la F. Oops.

Estas son mujeres que nacieron en países donde el concepto de idol es un modelo a seguir; una aspiración de vida que las convertirá en personas famosas y así cambiar sus vidas. Los idols son chicos y chicas que entregan sus existencias a servir a la industria del entretenimiento y por eso deben ser personas intachables que dedican su existencia a dar lo mejor en los escenarios e interactuar con sus fans en todas las plataformas existentes.

Pero el programa es más interesante que solo ponernos a odiar este sistema. Es realmente entretenido mirar a estas chicas (sobre todo por la edición coreana llega a ser ridícula a veces) que de verdad están emocionadas, juegan limpio y no están ni ahí con ver a las otras caer, incluso si eso significa que ellas queden atrás. La idea, claro, está detrás de verse amables y cariñosas. No se quieren cagar a nadie y eso ya es suficientemente refrescante para mamarte una hora y media aprox. de episodios.

El contraste entre dos culturas tan diferentes, la japonesa y la coreana, es uno que es imposible de notar. A pesar de que quienes votan son el público coreano, es una sorpresa que la industria de la música japonesa se esté abriendo a otro sistema musical, mucho más blanqueado que el suyo. Corea del Sur siempre ha querido que sus artistas se hagan famosos en Estados y Europa, y que Japón quiera hacer lo mismo es un signo de apertura al mundo, cosa que raramente hacen. Se sabe.

Lo que es a mi, que ya me estoy aprendiendo coreografías de k-pop (eso es material para otro artículo) me tiene enganchada la manera en las jóvenes se toman el desafío de encantar al mundo, aunque sea absolutamente retorcido.

Si quieren ver Produce 48, pueden hacerlo acá.