Mi amor por los perros me llevó a estudiar peluquería canina y como consecuencia conocer un nuevo mundo donde se disfraza de arte la crueldad.
Todo esto partió porque el otro día me mandaron una noticia de un concurso para groomers caninos (peluqueros), y la foto para promocionar el evento era la de un poodle rosado.
Un poodle rosado.
Me cargan los concursos de “creatividad” de peluquería canina o, mejor dicho: me carga cualquier concurso, exposición canina y cualquier evento que humanice a los perros y gatos, como la Expo Mascotas que se organiza todos los años, al cual miles de personas van sin cuestionarse su fin.
Humanizar a nuestras mascotas está muy normalizado, y cuando hablo de humanizar, no me refiero a ponerles chaleco, porque el chaleco tiene la utilidad de proteger a nuestros perros de las bajas temperaturas, que muchos no toleran por su origen y características, al igual que los cortes de pelo en verano a perros muy lanudos. Ahora, si decides disfrazarlo sin una función útil, eso sí es humanizar y no está bien. Gente que lleva a sus perros en coche, que les hablan como si fueran personas (a mí igual me pasa, pero hay que hacerlo consciente de que ellos no entienden todo) o lo peor: no dejarlos ser perro, y con esto me refiero a no dejar que se relacione con otros por miedo a que lo ataquen, un miedo común en dueños sobre protectores que terminan teniendo un perro miedoso, que no sabe interactuar en manada, muy dependiente y termina pasándolo mal.
Cuando decidí estudiar peluquería canina en Santiago (porque sí, mucha gente se sorprende cuando les digo que se estudia), me di cuenta que, como los colegios o las universidades, también tienen enfoques distintos: algunas se enfocan en peluquería de concursos, exposiciones y otras optan por ser comercial y pro bienestar animal, que fue la línea por la que decidí irme ¿qué es el pro bienestar animal en este caso? que el perro no sufra ningún maltrato y que el acto de cortar pelo sea sólo con la función de tener una mascota limpia, cómoda, feliz y que sufra lo menos posible en la peluquería.
Muchos procedimientos son muy molestos para los perros y algunos peluqueros trabajan sin importarle el sufrimiento de tu mascota, mientras logren su objetivo de dejarlo “hermoso” (según sus parámetros), lo que muchas veces se manifiesta en que tu perro odie volver a la peluquería.
Los riesgos que corren por participar en concursos o exposiciones, son riesgos completamente evitables y que un perro en su normalidad no debería pasar, además de que están participando en una competencia donde la “belleza” de éstos, se miden según cánones de belleza establecidos por una institución creada por humanos y los únicos que ganan algo son ellos. Para mí, todos los perros son hermosos, sin importar su raza o procedencia.
Si no te has imaginado aún qué riesgos y molestias viven los perros en competencias, aquí te explico algunas:
Corte excesivo
Aunque muchos perritos de exposición están acostumbrados a pasar horas en la peluquería, rasurarles la cara o las patas al cero, como este caniche, es una mala idea.
Para esquilarlo hasta ese nivel, hay que usar cuchillas de números muy altos que se utilizan en procedimientos quirúrgicos y NO es normal ni saludable no tener nada de pelo, el pelo protege la piel y por algo está ahí, dejar su piel tan expuesta es arriesgarse a que sufra irritaciones, alergias y quemaduras importantes si es verano. Por lo mismo nunca se recomienda pelar tanto a tu mascota (a no ser que esté lleno de motas y no tenga salvación, pero nunca al nivel del poodle de arriba). Además, para poder trabajar un pelo y que quede tan pomposo y suave, sí o sí se usan productos químicos como abrillantadores, acondicionadores, desenredantes o fijadores que también ponen en riesgo la piel de tu perro y que, claramente, no son productos ni riesgos a los que se deberían exponer.
Tinturas de pelo
Si ya dejarlos pelados les hace mal, imagínate que después quede así:
Aunque existan tinturas de pelo para perro, ninguna es libre de químicos. Si a nosotros los humanos ya nos puede generar alergia la tintura, imagínate en un perro o en un gato que, además, existe la posibilidad de que se intoxique por lamerse el pelo mientras se lo están tiñendo.
Este capricho, además de poder causarle alergia o intoxicación, sí o sí le causa estrés, porque si ya es estresante para ellos ir a la peluquería, imagínate alargar el proceso con la tintura.
Además, al teñir a tu perro, también estás quitándole su olor, que es muy importante al momento de que tu perro se relacione con otros.
Encontré estos “artes” de distintos peluqueros caninos y me quise matar de pena y horror:
Manicure
Cortar y limar las uñas está bien, es súper necesario, pero ¿pintarlas? NO PO NIÑA.
Un estudio del Departamento de Control de Sustancias Tóxicas de la EPA, en California, analizó 25 productos de uñas en el mercado y llegaron a la conclusión de que muchos son perjudiciales no sólo en humanos, sino que también en perros. Al inhalar ciertos productos te puedes intoxicar y los perros, al tener el olfato mucho más agudo que nosotros, pueden resultar más afectados.
No olvidemos que los perros, aunque algunos tengan mucha paciencia para dejarse humillar y tengan un umbral del dolor mucho más alto que nosotros, son individuos y no merecen pasar por momentos tan estresantes e innecesarios por nuestros caprichos personales. Lo digo desde la experiencia del peluquero, de ver cómo el perro termina agotadísimo en la peluquería, y no merece estresarse más para quedar como un perro horrible de máquina de peluches o de una Paris Hilton pavre. Digámosle no a los pinches, a las tinturas, a los productos innecesarios y a la crueldad y sí a tener un perro limpio, cómodo, feliz y siempre hermoso <3