(Que se llama Paul Harrod)
Por Libertad Garcia / @Libertadfree
Salí de la oficina corriendo a la Master class, estuve en dos filas enormes para poder entrar, luego de que me dieran mil indicaciones logré sentarme al final de la última butaca, en la última silla, si, pésimo asiento, pero en verdad sentía que tenía todo el escenario en perfecta posición. Comenzó a hablar Paul Harrod y fue como si estuviera hablando el decano máximo/ animador/ productor/ director de Stop-Motion.
Harrod analizó sus influencias y su gusto por la películas. Contó que a los 12 años comenzaron a llamarle la atención las películas con efectos visuales, magia y sobre todo lo que contenía cultura japonesa (Godzilla – El planeta de los simios – Odisea del espacio). Además dijo que se enamoró de la cultura Kabuki y empezó a experimentar con la creación de máscaras y técnicas diferentes al tiempo que iba creciendo.
Ya a una edad más adulta comenzó sus primeros proyectos con maquetas a escala que creaba con materiales reciclados. Tenía un estilo muy particular ya que creaba escenarios con perspectivas nuevas y tridimensionales a partir de un punto de fuga.
Analizó sus dos primeros trabajos, uno fue en el show infantil “PeeWee’s Playhouse” (1989) y su paso por comerciales en la creación de escenarios para un comercial de Kellogg’s en el año 1992.
Una buena anécdota que contó es que cuando recibió la llamada de Jeremy Dawson, el productor de Wes Anderson, para participar de Isla de Perros, andaba junto con su esposa en el mítico y suprasicodélico Burning Man Festival. O sea estaba literalmente en este lugar que te mostramos a continuación cuando recibió esa espectacular noticia:
Paul mostró escenas y personajes que no quedaron en la película, mostró un nivel impactante de cada detalle que tenían las escenas, desde objetos de prueba, hasta los pliegues de la ropa de cada personaje. Un buen ejemplo es que por ejemplo Tracy Walker, que tenía 300 pecas en su cara.
Además reveló que Wes solicitó (exigió) que la película debía estar libre de efectos digitales. Que hasta el detalle más mínimo debía ser construido y pintado a mano (a excepción de la impresión 3D que tuvieron algunos personajes para sus gestos faciales). Pero aún así estos personajes fueron moldeados a mano.
Cuando terminó de hablar Paul Harrod, solo quería verla de nuevo y darme cuenta de los millones de detalles ocultos que tiene cada escena, desde personajes escondidos, hasta detalles de patrones en la ropa.
No soy una experta en Stop- Motion, no es algo que haya estudiado pero es evidente que ni a mí ni a nadie puede no asombrarle la calidad de trabajo que requiere cada detalle, el estudio de cada movimiento y además la creación de un guión para dicho estilo de animación. Sin duda el cine debería estar copado con películas como ”Isla de Perros”, para que podamos contemplar que los procesos creativos también pueden estar creados a mano.