En medio del movimiento feminista más grande del Siglo, la regla sigue pareciendo algo censurable. Al menos eso comprobó la diseñadora chilena María Bunster y su equipo de Papaya Bragas, calzones menstruales, quienes tras lanzar un video promocional sobre sus productos fueron en reiteradas ocasiones vetadas por Instagram. Hablamos con ella sobre la necesidad urgente de cambiar a métodos sustentables y de borrar el tabú de la menstruación de una vez por todas.
Acorde a información publicada por Vivir Sin Plástico, un 26% de la población mundial menstrua una vez al mes y cada una de estas personas usa aproximadamente 11 mill toallitas o tampones durante su vida fértil. Anualmente hay 225 millones de kilos de desechos anuales relacionados a la menstruación, equivalente al crucero más grande del mundo: Symphony of the Seas. ¿Cómo hacerse cargo de esta situación? Es la pregunta que las diseñadoras chilenas María Bunster, Florencia Broussain y Pilar Stefani se hicieron antes de comenzar su emprendimiento.
“Son un desecho muy recurrente, que abarca 40 años de vida fértil y un espectro muy amplio de personas: todas las mujeres de todo el mundo. ¿Puedes llegar a imaginar la basura que eso conlleva?”, agrega Bunster. Y a eso le añade que es una necesidad básica de la que la población no puede prescindir.
Por eso crearon Papaya Bragas, una compañía que además de informar sobre la menstruación de manera amigable, venden calzones menstruales sostenibles, para dejar los dispositivos no orgánicos. Desde inicios de 2020 comenzaron a buscar telas para testearlas y evaluar factores como absorción, niveles de humedad y protección.
El calzón menstrual de Papaya Bragas tiene tres niveles. La primera es absorbente y va en contacto con la vulva, por lo que añadieron filamentos de cobre para generar un efecto antibacterial. La segunda está hecha de una capa de bambú orgánico, conocido por su capacidad de retención de líquido y por la poca cantidad de agua que se necesita para cultivarlo. Por último, hay una protección impermeable que evita cualquier tipo de fuga y mancha en tu ropa. “La eficiencia es el desde en la salud menstrual, nadie cambiará sus hábitos a algo sostenible si es que mancha”, comenta la diseñadora.
Aquí puedes ver su video explicativo que fue censurado en Instagram por tener contenido para adultos y contener referencia a genitales:
Cuando terminaron de grabar el comercial y se prepararon para promocionarlo en redes sociales, les llegó la notificación de bloqueo. Ni siquiera les dijeron cuáles eran los fotogramas que infringían sus normas comunitarias.
Apelaron seis veces hasta que dieron con las dos imágenes. Una de una mujer, desde el estómago hasta las rodillas, modelando los calzones y sosteniendo una papaya, y otra de una mujer sentada con un espejo entre las piernas reflejando una flor. Se frustraron, pero no se callaron porque, “son estas cosas las que van marcando tendencia y que hacen que finalmente la menstruación sea un tabú”.
“Haciendo la investigación para el desarrollo del producto te encuentras con estos topes y tabúes que hay en torno a la menstruación”, reflexiona María, “Como sociedad estamos en un punto donde siguen habiendo trabas con esto y pone en relieve la lucha femenina: ¿A quién le estamos escondiendo esto que es natural en nosotras? ¿A quién incomodamos? ¿Por qué nosotras nos sentimos incómodas con nuestros propios fluidos? Y eso lo vivimos las mujeres y personas menstruantes, por ende la información debiese estar al servicio de las personas, no ser algo vergonzoso”.
Desde el emprendimiento comparten información relevante en sus redes sociales. Datos como que hay químicos en los dispositivos menstruales tradicionales, como toallitas y tampones, que son potencialmente dañinos para la salud. Por ejemplo, están los que contienen blanqueadores, pesticidas y dioxinas que irritan la zona vulvar y predisponen a las mujeres a un mayor riesgo de infecciones vaginales. Según una publicación de la revista Times, algunos de ellos pueden causar desde supresión del sistema nervioso hasta cáncer por exposición reiterada.
En esa misma línea tienen una campaña llamada #LiberemosLaPapaya, en un esfuerzo de poner la información de la menstruación de forma transparente y comunitaria. “Una vive toda una transformación cuando empieza a menstruar y es importante que la información sea clara, abierta y educativa. Liberémonos de esta carga y de los desechos y los químicos”, dice María.