El sueño de la mayoría de los productores de música urbana lo cumplió el joven chileno Joaquín Calderón -más conocido como Magicenelbeat-, quien a sus 23 años ya es una de las figuras más prometedoras de la escena chilena: produjo Un coco, una de las canciones que forma parte del nuevo disco del puertorriqueño Bad Bunny ¿Qué se necesita para hacer música con el ‘Conejo Malo’? ¿Un golpe de suerte o trabajo duro? Joaquín Calderón responde.
“Cantarás sobre un beat mío, no digas que no lo predije”, le escribió por Instagram el productor chileno Joaquín Calderón (23) -Magicenelbeat- a Bad Bunny en enero de 2020. Y su profecía se cumplió: Un verano sin ti (2022), el nuevo disco de Benito, contiene la canción Un coco que produjo Calderón y que corresponde al track número 18.
Pero Joaquín Calderón recuerda que hubo una época en la que escuchar y producir reggaetón en Chile estaba casi prohibido. Era prácticamente “un pecado” en la escena musical chilena. Corría el año 2012 y Joaquín, que por ese entonces era rapero de corazón, se movía en ese ambiente de tocatas y festivales de hip hop nacional.
Dentro de él, tenía que ocultar lo mucho que le gustaban los ritmos del dembow. Cuando comenzó como productor hacía pistas de reggaetón escondido y ni siquiera podía mostrarlas a los raperos con los que trabajaba en ese entonces, porque nadie se arriesgaba a usar autotune ni tampoco a relacionarse con el reggaetón como género.
Hoy, Magicenelbeat es uno de los productores musicales más prolíficos de la escena urbana chilena, sumando participaciones en éxitos como Ultra Solo de Polimá Westcoast, Taki Tiki Taki de Harry Nach, Me arrepentí de AK:420 con Cris Mj y Pailita, Pantera de Soulfia, entre otros.
En la vida profesional de Magicenelbeat no hay feriados ni vacaciones, su día a día lo pasa en el estudio creando beats para distintos artistas. Aunque está seguro que ser productor es una gran responsabilidad y que es lo que más le gusta hacer en la vida, también admite que a veces su faceta profesional se toma un poco de su vida personal.
“Siento que todo el tiempo soy el Magic. De repente me cuesta encajar en situaciones personales y que no son de la música, he estado entre medio de conversaciones con gente que no está en la música y me pasa que no sé qué hablar, porque estoy muy rayado con la producción”, plantea.
Magicenelbeat está lejos de ser el estereotipo de joven que se podría tener de alguien que se desenvuelve dentro del género urbano. Es tranquilo, de pocos amigos, muy cercano a su familia y prefiere quedarse trabajando antes que asistir a fiestas.
También confiesa que no fuma ni bebe alcohol. Y cuando se le pide que se defina a sí mismo le cuesta, pero se identifica como alguien introspectivo y sensible tanto fuera como dentro de la música. Es esa misma sensibilidad la que lo hace vivir las emociones de manera muy intensa, “no por nada me dedico a esto y lo palpo en mi mente día a día”, enfatiza el productor.
Apenas Joaquín conversa sobre Un coco, sus palabras denotan la modestia que lo caracteriza. Dice que aún no asimila todo lo que pasó, que “no siente que está en el álbum de Bad Bunny” y que también prefiere no nublarse con el éxito que ha tenido.
¿Cuál fue el momento en el que sentiste que tu carrera comenzó a andar?
“La primera situación de éxito fue cuando empecé a trabajar con Cease, antes de que sacara Te quiero ver, Bándalo y todos esos temas le produje una canción que se llama Kamikaze. En este tiempo nadie en el medio me consideraba, nadie cachaba mi nombre ni mi trabajo. Comencé a trabajar con el Cea y justo él se pegó full, entonces ahí empecé a profesionalizarme más. Ya después cuando pasó lo de Taki Tiki Taki con el Harry fue aún más”.
“Un coco”: El beat perfecto para Bad Bunny
Era principios del año 2020 y Magicenelbeat recién había firmado con el sello Rimas. De inmediato comenzó a enviar pistas y de un día para otro Nicolás Jaña, el manager de Magic, lo llamó y le contó que Bad Bunny había escogido un beat suyo, uno anterior al de Un coco: “me dijo ‘hermano escogieron este beat, guárdalo y no se lo mandes a nadie’. Después salió el álbum (YHLQMDLG), empecé a buscar mi tema y no estaba, entonces dije ‘ya, no lo logré’ y me frustré caleta”, relata el productor.
Durante la larga cuarentena de 2020 siguió mandando beats, pero no había ninguna novedad. Magicenelbeat sentía que ya no habían posibilidades, hasta que llegó noviembre de 2021 y todo cambió. Mientras almorzaba con Polimá Westcoast antes de un show, su manager lo llamó y le dijo que a Benito le había gustado una canción y que ya la había grabado, se trataba del beat que había enviado para Un coco.
De ahí en adelante, llegó una larga espera que se prolongó hasta mayo de este año. Fueron meses en que Magicenelbeat se sentía con ansiedad, le subía la presión y dormía muy mal. Pese a que ya le habían dicho que la canción había sido grabada, no sabía nada más. Recién el 30 de abril le dijeron que el tema iría en Un verano sin ti y que se lanzaría el 6 de mayo, pero aún faltaban días en que el ‘Conejo’ se podía arrepentir.
El primer lunes de mayo recibió el acuerdo legal y las cosas se vieron más seguras: “En ese momento vi cómo se llamaba el tema y me maté de risa, me dije a mí mismo que me iban a molestar y no entendía por qué se llamaba así”.
El día en que se estrenó Un verano sin ti, realizaste una publicación en Instagram sobre tu trabajo en la canción Un coco. Ahí añadiste una foto con un mensaje que le enviaste a Bad Bunny hace dos años, donde escribiste: “cantarás sobre un beat mío, no digas que no lo predije”. ¿Qué te llevó a escribirle esas palabras?
“Fue a principios del 2020, más que nada escribí el mensaje en un momento en que decía y repetía mucho ‘quiero trabajar con él’. En ese momento estaba en Rimas recién firmado o estaba haciendo el papeleo inicial, entonces sentía que estaba más cerca que antes. Se lo mandé pero jamás pensé que iba a resultar, yo decía ojalá pase pero lo veía lejano. Fue medio en broma, pero con fe”.
¿Eres fanático de Benito?
“Sí, soy muy fanático. Como Joaquín y fuera de la música soy súper fanático, siempre he sido muy fan de su música desde que salió. En una entrevista me preguntaron cuál era un objetivo mío y yo decía que trabajar con Bad Bunny. Sabía que estaba en Rimas y que existía la diminuta posibilidad, pero cuando ellos piden ritmos son 70 beatmakers que están enviando 100 beats cada uno”.
¿Tuviste referentes artísticos en la producción de Un coco?
“Como ya le había enviado muchos reggaetones normales durante más de un año, pensé que quizás está buscando algo de otra onda. En ese tiempo me acuerdo que estaba escuchando harta música lo-fi y dije que podríamos ir por ahí, lo mezclamos con reggetón y ahí salió”.
¿Qué ganarás simbólicamente con esta colaboración?
“Falta ganarme el respeto afuera, porque nadie me conoce. Claro, puedo hacer un tema con Bad Bunny pero nadie tiene idea de mi trabajo, si voy afuera soy una persona totalmente desconocida. Viene la instancia de viajar y hacerme el nombre allá”.
También ha sido un vaivén de emociones, felicidad, miedo, nunca he sido muy visible y eso de repente me asusta un poco. Me pasa que todavía no lo asimilo y no siento que estoy en el álbum de Bad Bunny, siento que lo voy a divisar más adelante. Aparte de eso soy muy de que los éxitos los disfruto un ratito no más, no me quedo pegado. Si uno se queda pegado, te atrapa”.
Te nubla.
“Sí po’, te nubla. Entonces disfruto un ratito, las veces que gracias a Dios he podido ganar discos de oro o les ha ido bien lo disfruto con mi familia, ahora igual: estos días he seguido trabajando y haciendo beats. Disfruté ese día, lo disfruto cuando voy en el auto y pongo el tema, lo disfruto solo. Es solo el inicio, no es para nada la cúspide de mi objetivo”.
Estigmas del reggaetón
En una ocasión dijiste que cuando comenzaste en la música había un sentimiento de culpa y era muy mal visto escuchar o producir reggaetón, hablamos del año 2011 o 2012 donde todavía no había mucho género urbano en Chile. ¿Por qué crees que ha cambiado eso?
“No me gusta ser muy polémico, pero creo que al final las masas en general tienen un efecto dominó, si ven luces en algún lado van todos para allá y es como ‘ahora todos escuchamos reggaetón’. Me acuerdo que en los tiempos del rap se filtró un tema de reggaetón de unos raperos en Facebook y fueron los sacrificados del año, se decía que no eran raperos y que eran vendidos. Eso generaba que nadie podía hacer reggaetón ni cantar ni bailar, en las fiestas raperas ponían reggaetón y quedaba la cagá.
Después salieron estos artistas que le pusieron el pecho a las balas como Pablito o Polimá haciendo trap, al principio todos decían que el Pablito era flaite y que no hacían música. De la noche a la mañana, todos eran fans.
Entiendo que las sociedades en general funcionan así, nadie te da la mano hasta que te resulte. Nosotros no hemos cambiado, si antes nos decían flaites no es que nosotros hayamos cambiado como somos, pero ahora nos aceptan”.
Ahora está bien visto lo que se criticaba antes.
“Claro, me pasó cuando era más chico. En las juntas familiares me preguntaban ‘¿y usted a qué se dedica mijito?’ y yo decía ‘soy productor musical’, ‘ahhh’ me respondían.
Me sentía menos, pero dentro de mí decía ‘calmado no más, ya va a resultar’. En la música algo te tiene que resultar para ser válido, ahora soy válido para la gente ¿pero por qué antes no? si sigo siendo el mismo, solo que he tenido suerte y he trabajado. Eso me molesta de Chile, que hay que lograr para sentirse validado y que la gente te acepte”.
¿Y en lo profesional alguien te rechazó porque hacías pistas de reggaetón?
“Sí, al principio me acuerdo que no tenía a quién pasarle los beats porque todos hacían rap y nadie se atrevía a usar autotune ni a cantar reggaetón.
Era tan así que ni siquiera mostraba los beats cuando estaba con cabros que hacían música, mostraba los de rap no más. Yo hacía reggaetón escondido y por suerte me funcionó, porque el rap no se me daba mucho aunque me encante”.
La escena actual del género
Magicenelbeat dice que los efectos que le ha traído trabajar con artistas urbanos son lo que está pasando ahora mismo, en este instante de su vida. Sale a la calle y a cualquier lugar que vaya, sea al mecánico, un negocio de barrio o a un restorán, están escuchando canciones que él ha producido, pero la gente no lo sabe.
Es esa misma sensación lo que le genera orgullo, no solo por él sino que “por la industria y por ver que la gente nos escucha. Este movimiento lo construimos desde 0 y lo que construimos tan artesanalmente hoy es una realidad y algo establecido”, manifiesta.
¿Cómo ves en el futuro al género urbano en Chile?
“Estamos solo en el inicio, ahora nos van a empezar a ver. No quiero filtrar colaboraciones que vienen, pero va a empezar a pasar que quizás los productores no vamos a ser los únicos que colaboraremos con gente de afuera. Va a empezar a pasar con artistas, de repente Pailita, Polimá o Cris Mj con alguien grande, hay que cruzar fronteras”.