Luego de una larga jornada la sola idea de cocinar nos da ganas de lanzarnos un piquero a la cama, pero ¿es compatible comer bien sin angustias?

Dejemos de gastar plata y pongámosle ganas

No todos somos chefs por naturaleza ni gozamos al preparar una comida. Como tampoco encontramos del todo relajante entregarnos a la cocina y quitarnos el estrés de esa manera.

Además, si trabajamos mucho y pasamos poco tiempo en la casa, nos lleva a usar la hora de almuerzo en el local más cercano a la oficina y pagar el menú del día, como mínimo, de lunes a viernes ¿Saquemos el cálculo? ¿cuánto podríamos ahorrar de tener una rica cocina? Una bien amoblada, el microondas que necesitas y ese termo de comida que nos haría la vida más fácil.

De tener todo eso, incluso, podríamos hacer las cosas más interesantes y entretenidas.

Renovemos un poco

Muchas veces nos falta un buen mueble de cocina. Puede que la nuestra no tenga ni espacio para los platos, así que una buena despensa es ultra necesaria para guardar hasta los ingredientes que ni imaginábamos que se necesitan.

También, aceptemos que muchas veces algunas cosas se nos están cayendo a pedazos, así que no estaría mal ver cómo está ese lavaplatos.

¿Qué más lindo que un lugar que nos invite a estar?

A calentar y llevar

Digamos que ya nos animamos y, como queremos optimizar el tiempo, aprovechamos de cocinar para la semana. Claramente, la idea es llevarnos al trabajo un almuerzo que esté calentito, así que sólo tenemos que sacar la comida que preparamos.

Luego, a calentar en el microondas. La pregunta es la siguiente: ¿hace cuánto lo tenemos? Probablemente, es el primero que compramos hace más de una década, ¿o lo heredamos? Parece que era de un amigo que se iba a comprar uno nuevo… hace más de una década. Esto lo vamos a incluir en la renovación, porque ahora hasta existe la posibilidad de descongelar productos y nosotros seguimos apretando un botón montones de veces, a ver si pasa algo.

Ahora que tenemos un buen microondas, podemos calentar el almuerzo en la mañana mientras tomamos desayuno y lo ponemos en el termo de comida que lo mantendrá en su temperatura perfecta por horas.

El resultado es perfecto: ganas de cocinar, comida caliente por horas y un peso menos para el bolsillo.