Matthew Dear, Com Truise, Lusine y Tycho son algunos de los artistas que forman parte de este multidisciplinario colectivo que celebra 25 años de existencia.
El intento de rescatar los artificios por los que antiguamente viajaba la música (casette, vinilo y CD) ha sido un trabajo difícil frente a la propagación del streaming en los tiempos que corren. Y mantener un sello discográfico de manera independiente no sólo resulta una complicación, sino que también un enorme desafío del día a día si hablamos de transmitir a las audiencias obras alejadas de los intereses comerciales.
Sam Valenti IV, fundador de Ghostly International Records, ha meditado sobre ello desde hace 25 años, cuando decidió compilar las ideas que la escena de los suburbios de Detroit en los 80s le habían heredado. Un péndulo de influencias difusas que oscilaron entre el Techno y el Hip-Hop principalmente, y las cuales ahora podemos escuchar a través de su plataforma de música underground.
Ghostly International nació dentro de un dormitorio de la Universidad de Michigan. Sam Valenti IV tenía 19 y era un alumno de Historia del Arte que estudiaba a Jackson Pollock de día y pinchaba en bares de noche; entretanto, grababa discos y manejaba por la ciudad a diferentes disquerías, vendiéndoles copias desde la maleta de su auto. El primer lanzamiento fue un disco de 12″ con el himno techno fundamental de Matthew Dear «Hands Up For Detroit» (1999), que luego fue sampleado en el éxito dance mundial de Fedde Le Grand en 2006, un momento de cambio cultural del que Valenti no puede evitar sentirse “accidentalmente orgulloso”.
Desde entonces, la influencia de Valenti no ha hecho más que crecer gracias a una curiosidad que nunca ha disminuido. A diferencia de otros directores de sellos, nunca ha sido fanático de las restricciones creativas, la confidencialidad de la información o los mandatos comerciales. En cambio, Valenti permite a sus artistas la libertad creativa para experimentar y volverse extraños, “navegando en los límites” del espíritu cultural de la época, a veces con éxito duradero.
“Arte y Artificio desde 1999” es su lema. Más que un sello discográfico, Ghostly intenta crear una comunidad artística en la que tanto el aspecto visual como el sonoro transmitan una relación armoniosa. Por ello también se le da un espacio significativo a diseñadores y artistas visuales, quienes, en su mayoría, adornan los extravagantes vinilos de los artistas del sello, que complementan su estrategia diseñada para no dejar morir el cuerpo del artista frente a su obra. ¿La web significará la muerte del autor? Valenti se responde a sí mismo con hechos; basta observar cómo los artistas fantasmas, proyectados en pequeña escala sobre el humo de las periferias, se hacen gigantes de pronto con la ayuda de una linterna mágica como Ghostly, un farol que continua en formato vintage pero también a la vanguardia de la tecnología.