A Jared Leto no le gustan los términos medios. O son pifias o aplausos, pero el silencio o la indeferencia, lo aterran.
Con estudios de arte y cine, luego entrando a temprana edad a la televisión gringa o formando en el año 88 la amada y odiada banda 30 Seconds to Mars, deja claro que captar miradas es lo suyo.
Conocido también en películas como El club de la Pelea o Requien for a Dream, Jared Leto ésta vez se viste de mujer y posa frente a la cámara de la revista Candy, por Terry Richardson.
Leto se expone, juega con su imagen como una forma de sobrevivencia, como si las luces fueran el único lugar posible y lo hace con la comodidad de un pez en el agua.
No busca aprobación, sino reconocimiento. Leto debe ser un tipo de esos que cuando entra a una fiesta, la mayoría de los presentes lo deben odiar o envidiar. Pero todos saben quién es y eso, supongo, para Jared Leto, es el verdadero éxito. O la mejor venganza.