El rol clave de Chile en capturar la primera foto de un agujero negro

La primera fotografía de un agujero negro se perfila como el gran descubrimiento astronómico de la década.


Los agujeros negros son cuerpos celestes que siempre nos han maravillado por su capacidad de crear el caos tan solo en un segundo. Representan una fuerza mesiánica, casi inexplicable para nosotros y muchos mitos giran en torno a esta masa de volumen aparentemente indestructible.

Se han replicado en televisión y películas, haciendo que nos preguntemos qué existe al otro lado de su composición que podría absorber nuestro universo en tan solo segundos.

Existen muchas teorías sobre su composición, y gracias al trabajo de diferentes astrónomos, se pudo obtener la primera imagen de uno de ellos comprobando que diversas de estas suposiciones resultaron ciertas<

Heino Falcke, de la Universidad Radboud (Países Bajos) y director del Consejo Científico del EHT, mencionó que si un agujero negro está inmerso en una región luminosa, como un disco de gas brillante, “se espera que el agujero negro produzca una zona oscura similar a una sombra, algo que había sido predicho por la relatividad general de Einstein y que nunca habíamos visto antes” señala un artículo replicado por Radio Biobío.

“Esta sombra, causada por la curvatura gravitacional y la captura de luz por el horizonte de eventos, revela mucho acerca de la naturaleza de estos objetos fascinantes, y nos permitió medir la enorme masa del agujero negro de M87”, añadió.

Tal como recoge ALMA, gracias al uso de diferentes métodos de calibración y obtención de imágenes, se pudo revelar la presencia de una estructura circular alrededor de una zona oscura —la sombra del agujero negro— en múltiples observaciones independientes realizadas por el EHT.

La fotografía precisó un enorme desafío logístico con telescopios puestos en volcanes de Hawái y México, montañas de Arizona y el desierto de Chile.

“ALMA, al ser el telescopio milimétrico más grande del mundo, fue clave en esta colaboración”, afirmó Sean Dougherty, director de ALMA. “Realmente ayudó a garantizar una calibración de alta calidad de los datos de cada uno de los otros telescopios del conjunto, lo que dio como resultado las fantásticas imágenes del EHT”, sostuvo.


“Hemos logrado algo que se creía imposible hace tan solo una generación”, celebra Doeleman. “Los avances tecnológicos y la construcción de nuevos radiotelescopios en el último decenio permitieron a nuestro equipo armar este nuevo instrumento, diseñado para ver lo invisible”, cerró.


Total
0
Shares
Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *