Así lo estipuló la ley en uno de los Estados más conservadores de Estados Unidos, por muy triste e increíble que parezca.

Si Alabama fuese un país independiente, sería junto al Vaticano y República Dominicana una de las naciones más estrictas respecto a la interrupción del embarazo en el mundo. El estado sureño es parte de la corriente de territorios llamado “cinturón bíblico”, que corresponde a las zonas de Estados Unidos caracterizadas por ser mucho más religiosas y conservadoras que otras zonas del país como Chicago, Los Ángeles o Nueva York.

Fue justamente Alabama el estado que puso mayor resistencia al matrimonio homosexual en el país, luego de que Barack Obama declarase en su segundo mandato que negar el matrimonio a personas del mismo sexo fuese inconstitucional (sin importar las leyes imperantes existentes en cada legislación del país del norte).

Sin embargo, este martes el Senado de Alabama aprobó una ley que penaliza la mayoría de los casos de abortos dictando una sentencia de 99 años para quien lo practique. Además, también serán sancionados los casos de violación e incesto.

Es decir: si un familiar cercano viola y embaraza a una niña de 11 años (situación que hemos visto en Chile de forma lamentable), la ley criminaliza al profesional a cargo de realizar el aborto con una pena mayor de quien cometió el delito.

El aborto es legal en Estados Unidos desde el año 1973, con diversas causales que varían según los estados. Esta prohibición total por parte de Alabama -que excluye tan solo la causa de riesgo de muerte para la madre- es en parte, simbólica, pero dadas las circunstancias de la administración Trump, es probable que se haga efectiva.

Los republicanos -el partido de Trump- son mayoría en Alabama y esperan llevar esta causa a la Corte Suprema de Justicia.

Para colmo, la mayoría de quienes comparten asiento en la corte son allegados a Donald Trump y sus políticas “pro vida” (que a estas alturas, deberían ser consideradas tan solo como pro nacimiento).

El vicegobernador y presidente republicano del Senado, Will Ainsworth,saludó la decisión diciendo que los legisladores “han dado un gran paso en la defensa de los derechos de los no nacidos”.