La respuesta que necesitabas al por qué a veces despiertas sin recordar absolutamente nada de la noche anterior.

“Me va mal cuando mezclo marihuana con alcohol”, nos contó hace un par de semanas el diputado Giorgio Jackson en esta comentada entrevista. “Se me cruzan los cables, trato de evitarlo, porque ahí han sucedido las peores pálidas, no físicas pero si la desaparición de todo recuerdo”, explicó. Y claro, es algo que nos pasa a todos, desde humildes redactores hasta distinguidos diputados de la Repúblico.

Así que nos lanzamos a buscar una respuesta a por qué pasa eso con una mezcla que parece inocua, juguetona. Porque es verdad, a veces pasa que incluso después de una fiesta en la que uno sabe que no le dio tan duro a ninguna de las dos cosas, cuesta acordarse de lo sucedido.

Generalmente, todo momento es un momento perfecto para disfrutar de una dosis de marihuana. Desde esta premisa, cuando tenemos unos tragos encima es muy complicado decirle que no, a pesar de que pueden haber consecuencias por estar borracho y fumado.

Claro, si lo hiciste en las cantidades precisas probablemente estés en llamas el resto de la noche (si no fue así el W.C te recibirá con las tazas abiertas), pero esta combinación puede ir un poco más allá en las consecuencias para tu funcionamiento diario.

El alcohol afecta tu sistema nervioso central alterando la comunicación de las neuronas, suprimiendo el neurotransmisor llamado glutamato. Como resultado, no puedes procesar la información tan rápido como antes y te sientes un poco más “lento”. Por otra parte, el cannabis contiene THC, lo que actúa en los receptores cannabinoides y provoca que algunas neuronas estén disparando información continuamente, aumentando tu imaginación.

Dado que el cannabis y el alcohol inhiben la transmisión del glutamato (lo que juega un papel importante en el proceso del aprendizaje), combinar ambos puede darte problemas con tu memoria.

Sin embargo, como ya lo discutimos antes, la mezcla de ambos puede hacerte sentir excelente. Scott Lukas, profesor de la escuela de medicina de Harvard ha estudiado la interacción de diferentes drogas y en un estudio publicado en el 2001 encontró que las personas que fumaron marihuana y tomaron un par de shots, tendrían los niveles de THC al doble en comparación con las personas que hicieron lo mismo pero con un trago placebo.

Este estudio sugiere que tomar hace que más THC alcance el cerebro y la explicación es que el alcohol relaja tus músculos y dilata los vasos sanguíneos, aumentando la absorción del THC inhalado.

A Lukas no le preocupa que esta combinación pueda ser letal, pero asegura que experimentar ambas puede ser más riesgoso que hacerlas por separado.

Una de las características de la marihuana (y una de las principales razones de por qué se le provee a pacientes en quimioterapia) es la prevención del vómito, y lamentablemente vomitar es el único método de defensa de nuestro cuerpo cuando de intoxicación de alcohol se trata. Eliminar este reflejo podría traer resultados peligrosos.

Por ende, y aunque suene aguafiestas, es mejor elegir una de dos al momento de fiestear. O darle suavecito cuando van a ser las dos. O simplemente dejarse llevar y aceptar andar por ahí, tal vez no haciendo el ridículo, pero con la cámara en stand-by, sin grabar absolutamente nada.