La situación en el llamado pulmón verde del mundo ha captado la atención internacional cuando se supo que llevaba dos semanas ardiendo. La política internacional se ha visto comprometida en una de las catástrofes medioambientales más importantes de los últimos 20 años.

El G7 -donde se reúnen los líderes más importantes del mundo- informó sobre la entrega de 22 millones de dólares para combatir los incendios en el Amazonas. Sin embargo, Jair Bolsonaro, aseguró que no recibiría la ayuda “si Emmanuel Macron no retiraba sus dichos”.

Recordemos que el presidente de Francia ha sido categórico en recriminar la falta de interés de Bolsonaro en proteger el Amazonas. Bolsonaro respondió burlándose de la primera dama francesa, a lo que Macron respondió que esperaba prontamente que el pueblo brasileño “fuese liderado por alguien a la altura”.

Fuera de esta lucha de egos diplomática, se informó para sumar al ambiente apocalíptico que existe un área en llamas proporcionalmente mayor al de la del Amazonas ubicada en África, que afecta la selva húmeda de la República Democrática del Congo.

Esta región es importante y se cataloga como el segundo mayor pulmón del mundo. En esta zona se realizan grandes esfuerzos para la preservación del hábitat de animales en extinción como sucede con el gorila de montaña y el elefante africano.

Las imágenes proporcionadas por la NASA consternaron a los cibernautas.

Sin embargo, este pánico es creado con fines sensacionalistas en lugar de consignar el motivo detrás de estos miles de focos incendiarios que pululan en el centro de África.

Lo expertos que conversaron BBC el día de hoy, aseguran que estos focos de incendios no son comparables por los siguientes motivos: a diferencia de lo que ocurre en Brasil y Bolivia, los incendios en África no están descontrolados.

Además, la quema en estas zonas específicas, responde a una centenaria técnica de cultivo de las diferentes tribus rurales de Angola y El Congo. Luego de quemar la maleza, estas se regeneran tras las lluvias de la época venidera.

“Es como si uno mirase las imágenes satelitales de Irlanda en verano”, dice una de las fuentes de origen irlandés.

“Nosotros hacemos muchas fogatas en esa época, y si lo ves desde el espacio, te preguntarías qué está pasando, cuando en realidad son fuegos iniciados deliberadamente y controlados por humanos, no incendios forestales” sostuvo.

Además de que parecen haberse iniciado de formas diferentes, las imágenes de África muestran que muchos incendios no están localizados en la selva “sino en zonas de pastizales”.

Y el “impacto de la deforestación” no es igual en ambos terrenos, en “términos de la cantidad de oxígeno que liberan y el carbono que secuestran”, agrega el científico.