Después de varias decepciones, podemos decir que la serie retomó el rumbo gracias a un esperadísimo crossover.

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El regreso de una de las producciones ícono de Ryan Murphy nos provocaba menos entusiasmo que la vuelta de Avril Lavigne a los escenarios (nada en contra de la cantante, pero expusimos su declive en esta nota para que entiendas de qué hablamos).

Sin embargo y contra todo pronóstico, la fórmula de AHS retomó sus orígenes y lo que hemos visto de esta 8va entrega llama mucho la atención al recapturar el amor inicial que sentíamos por una de las producciones más creativas de la década.

Hace años no veíamos una buena temporada de la serie que usó una fórmula poco convencional para traernos historias de terror diversificadas: el uso de los mismos actores dentro de sus líneas argumentativas para representar diferentes personajes.

Pero pese a los intentos de mantener la producción fresca, la partida de Jessica Lange luego de la cuarta temporada (Freakshow) funcionó como una maldición que afectó al fanbase y rating de la producción en cuestión.

Hotel -que hizo ganar a Lady Gaga su primer Globo de Oro como mejor actriz- generó pérdidas y malas críticas pese a lo impecable del elenco. Roanoke simplemente es sonsa y Cult tampoco logró salvar del abismo a la serie pese a apelar hacia contemporaneidad tratando el tema de Donald Trump y la intolerancia como principal eje.

Todo hacía presagiar que Apocalypse sería un intento desesperado para dar continuidad a una serie muerta. Pero reitero: nos equivocamos y estamos felices de que así sea.

La primera temporada culmina con la aparición del anticristo en el último capítulo de Murder House. Años después, este vuelve como uno de los pocos supervivientes del apocalipsis que deja un puñado de desafortunados viviendo bajo tierra bajo un sistema de clases feudal y cruel.

Ante esta premisa, los fanáticos de AHS necesitaron una bolsa de papel para respirar porque todo apuntó hacia un crossover entre las dos mejores temporadas de la serie: Murder House y Coven (que retrata las vivencias de jóvenes brujas en un una casa-escuela en Nueva Orleans).

Pero si los aires de esta mescolanza no son suficientes para capturar tu atención, llegó otra noticia que definitivamente convencerá de darle una oportunidad a esta entrega: el regreso de Jessica Lange a la producción luego de 4 años ausente.

Créditos: Nerd Redactor.

La actriz de 69 años fue clave para el desarrollo de la historia y su aparición le valió 3 nominaciones consecutivas para los Globos de Oro. Su presencia llena la serie y si bien se cree que tan solo tendremos un cameo (buuu) por lo menos algo es algo -y suficiente para estar al tanto de esta nueva temporada-.

Pero suficiente de tanta emoción adolescente: si no eres fan de la serie, esta nueva temporada es una buena forma de comenzar o por lo menos tener algo entretenido que ver si te diste vuelta el catálogo de Netflix.

El fin del mundo se resume en un grupo de personas que intenta sobrevivir en un búnker bajo el cuidado de dos crueles centinelas que castigan a sus moradores ante la menor infracción. El grupo de supervivientes -aquellos que pudieron pagar por un ticket y sus sirvientes- se dividen entre una millonaria socialité, una actriz de la época dorada hollywoodense, su nieto y una pareja que debe vivir la abstinencia sexual de forma trágica como Romeo y Julieta.

El choque de personalidades, la falta de comida y la presencia del anticristo, generan una tensión pésima para este grupete pero muy entretenida de ver para nosotros.

La serie recién va por su tercer episodio y puedes ponerte al día rapidito (la puedes encontrar de forma fácil en internet) o esperar a la antigua y verla cada semana por FX. De la forma que sea, es un buen dato y panorama halloweenesco.