Las fotografías del alemán German Wolff en Hong Kong son extenuantes. Millones de apartamentos, la nula presencia humana, y la idea de que cada ventana de su repetitivo patrón, es una familia, nos hace cuestionar dónde queda la individualidad y el espacio personal dentro de ese contexto.
El trabajo fotográfico de Wolff, no se limita eso si a simplemente haber capturado esta serie de gigantescas y repetitivas estructuras. Obedece más bien a una fijación personal con la arquitectura de Hong Kong, desde la cual ya extrajo lo más controversial de sus industrias, comercios, y rincones varios. Todo disponible desde su sitio web.
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