El director creativo de este trabajo fue Robert Fisher, empleado de la discográfica Geffen encargado de dar forma a la idea propuesta por Kurt Cobain.
Todo se gestó en las semanas anteriores al lanzamiento del disco, en 1991. Nirvana entonces aún no era una banda reconocida por el gran público, así como el propio Robert Fisher, quien era un joven recién graduado como diseñador que llevaba poco tiempo trabajando en Geffen.
Originalmente Kurt Cobain quería que la portada mostrara la foto de un parto bajo el agua, en la que se viera claramente el recién nacido. En esos tiempos consideraron que la idea era demasiado gráfica y esto obligó a explorar nuevas opciones, pero sin dejar de lado la idea del bebé sumergido.
Cuando la banda y la discográfica tuvieron finalmente clara la idea para la portada, se encontraron con el siguiente problema: cómo hacer la foto. No era nada fácil dar con un fotógrafo capaz de hacer un trabajo así, nada más y nada menos que metiendo un bebé bajo el agua para hacerle fotos. Pero Fisher dio pronto con la persona idónea: Kirk Weddle.
El resto es historia: luego de una larga jornada de fotos junto a la banda, salió la imagen que todos conocemos, además de otras que no formaron parte de la selección oficial pero que Kirk Weddle desarchivó y dio a conocer años más tarde.
«Nevermind» ocupa el puesto 31 en la lista de álbumes musicales más vendidos de la historia y su portada pertenece a la colección del MoMA (Museo de Arte Moderno de Nueva York).