Hemos probado uno de los RPG más esperados para la nueva PlayStation 5: Assassin’s Creed, Valhalla, siendo éste el vigésimo segundo juego de la épica saga, y -como mencionamos- el primero en debutar en esta nueva generación.
Vikingos
Esta vez, la historia se sitúa en la invasión de Gran Bretaña por parte de los Vikingos durante la segunda mitad del siglo IX, también conocidos como el Ejército Pagano. Como siempre, Ubisoft logra ser una de las compañías de videojuegos que mejor logran retratar las épocas pasadas. Pero vamos a lo específico.
Posterior a Assassin’s Creed: Odyssey (2018) y Assasin’s Creed: Origins (2017), comparte varias similitudes con sus predecesores, tales como los grandes mapas de sitios naturales, la interfaz y las animaciones, pero -y como corresponde para una nueva generación de consolas- pule y perfecciona todos estos aspectos.
Como punto de partida, el juego te permite elegir el género de Eivor (y cambiarlo en cualquier momento), tu protagonista, lo cual nos ha parecido maravilloso y adecuado para estos tiempos. A continuación, debes pasar un prólogo que no se sitúa en tierra inglesa, sino en las majestuosas tierras nórdicas, para comprender la cultura de los vikingos y sus motivaciones políticas por explorar e invadir nuevas tierras. Como siempre muy educativo, Assasin’s.
Lo que sigue en la historia y hasta el final nos ha parecido uno de los mejores apartados del juego, el cual presenta un montón de personajes y reinos con historias y personalidades propias muy bien elaboradas. Jugarlo, da una sensación parecida a estar viendo una serie de televisión, en la que cada reino sería un capítulo con su propio mundo y conflictos.
Adicionalmente, cabe mencionar que en la historia comparte universo con Oddysey, ya que se une narrativamente a través de la historia de Layla Hassan, pero no entraremos en detalles.
Dependiendo de qué tanto te empeñes en explorar, esta parte se puede extender de seis a diez horas. En ese aspecto, el juego ha presentado mejoras destacables en relación a sus versiones anteriores, con la posibilidad de una exploración orgánica y un montón de opciones adicionales -a diferencia de antes-, convirtiendo esta función en una experiencia mucho más interesante y divertida (y adecuada para un mundo abierto en 2020).
De hecho, existe un montón de lugares y actividades por hallar, que permiten extender en decenas de horas el juego. En esa misma lógica, cabe mencionar que éste te hace realizar extensas caminatas para llegar a los lugares objetivos, y de esa manera aprovechar más del paisaje (y todo lo que implica explorar).
Sin embargo, la exploración es mucho menos tediosa que antes y no es necesario ejecutar mandados a NPCs y otras cuestiones para poder ir desbloqueando el mapa. De esta forma, los coleccionables y las misiones secundarias son más bien hallazgos que endulzan en juego, y que a diferencia de antes, no estorban en lo absoluto la campaña principal.
En ese sentido, los mapas apenas mostrarán tres íconos para indicar: riquezas, misterios y artefactos. Pero queda bien así.
Por el lado de las riquezas y los artefactos, hay que realizar acciones para adquirirlos. En cambio, los misterios implicarán pequeñas misiones secundarias que servirán para comprender antiguas costumbres y la cosmovisión de los pueblos. Al respecto, es destacable que en esta versión las misiones son más cortas, lo cual soluciona alguno de los problemas que habían alegado los usuarios respecto a la franquicia.
La cinemática es espléndida y se luce en demasía durante los asaltos (ataques a localidades enemigas), donde el fuego y las explosiones ocupan un papel más importante que lo que habíamos visto. De más está decir que en la exploración y los vastos paisajes también le sacan provecho a las capacidades gráficas de esta nueva generación.
Respecto a la jugabilidad, en un inicio el juego te permite elegir la dificultad de combate, el sigilo y la exploración, dependiendo de lo que busques y te acomode más. El sistema de combate se mantiene bastante, pero con un toque más de agresividad para adaptarse al estilo vikingo.
Algunas novedades están en el equipamiento de dos manos y la importancia del uso del arco, tanto para defenderse como para atacar, y también en la eliminación de las batallas navales, ya que, entre otras cosas, los vikingos no acostumbraban a pelear de ese modo.
Existe el combate cuerpo a cuerpo y a distancia. La manera de equiparse, al igual que Odyssey y Origins -y prácticamente cualquier RPG-, es por medio del hallazgo de objetos, pero la gran diferencia está en que cada pieza posee un valor a largo plazo, dejando atrás esa tendencia de los equipamientos desechables que caracterizó a sus predecesores. Definitivamente una nueva diferencia que viene a mejorar la franquicia.
Y es que Valhalla ha demostrado ser la mejor entrega de Assasin’s hasta ahora. En definitiva, los desarrolladores de Ubisoft supieron escuchar al público, corregir o eliminar los defectos y pulir aquellos aspectos que lo destacaban. Con una excelente banda sonora, una cinemática espléndida y una historia -como siempre- bien elaborada y apegada a la historia universal; pero además de todo eso es un vuelco a los inicios de la franquicia, enfocada en la historia entre asesinos y templarios.
Esto es Assassin’s Creed. Valhalla