Ya, bueno, lo admito; mi lado nerd siempre ha estado ligado a los monitos animados desde que era un pendejo. Obvio que partí con la inocencia del Nickelodeon de fines de los 90’, pasé por la etapa freak de Cartoon Network y Fox Kids hasta llegar a lo que eran los programas más perturbadores de MTV (léase: Ren y Stimpy; Beavis & Butthead). Y ahora hace un tiempo empecé a seguir el canal Adult Swim, una inagotable mina de oro puro.

Robot Chicken, The Boondocks, Aqua Teen Hunger Force y un largo etcétera de programas altamente educativos para los niños que rayan en lo absurdo, la comedia negra, el surrealismo y,básicamente, las peladas de cable. Muchos empezamos a conocer Adult Swim [as] porque después de las doce de la noche partia el Cartoon Network “para adultos” (no, no había porno, mal pensados).

Hoy en día, Adult Swim ya es un canal consagrado, que realiza incluso videojuegos, tiene su propio streaming en internet, un sello discográfico (más bueno que la cresta) y series originales. Una de estas series originales es “Rick and Morty”.

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La conocí por un amigo que me insistió en que la viera no por razones concretas de tipo estéticas ni argumentativas, simplemente me dijo “Tenís que verla, punto. No te vai a arrepentir”. Reconozco que cuando leí la premisa del programa me entraron un par de dudas: entendiéndose como una “parodia” de ‘Volver al Futuro’, la serie se trata de un científico-loco y alcohólico bueno para tirar chuchadas (Rick) y sus desventuras con su púber e influenciable nieto (Morty) que lo único que quiere es comerse a la mina rica de su curso superar sus inseguridades y ser alguien relativamente normal. Además de estos dos personajes, está el resto de la familia de Morty: el nerd, egocéntrico e inseguro padre fracasado (Jerry), la mamá (e hija de Rick) que es una especie de “voz responsable” y asertiva (Beth) y la obsesiva y superficial gringa -adolescente-hermana-mayor que quiere entrar en el mundillo popular a lo ‘Mean Girls’(Summer).

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https://youtu.be/jhSne_sXimU

Los capítulos de la serie tratan sobre los viajes inter-dimensionales entre Morty y su excéntrico abuelo Rick, donde se visitan a versiones de ellos mismos pertenecientes a otras dimensiones, planetas súper psicodélicos, hacen tratos con personajes de universos alternativos, viajan por el tiempo, (casi siempre) dejan la cagada al lugar que vayan y todo esto con la (obvia) desaprobación de los padres de familia.

“Rick and Morty” es de esos programas que es nihilismo puro; en cada capítulo pueden tocar temas “sensibles” como la religión, las tradiciones, la política y la moral y convertirlos en una comedia negra sin respeto por nada

Sí, bueno, al principio todo esto puede sonar “shuper loco” o, simplemente, otra serie más pelacable del montón y que no vale la pena. Pero no, la verdad es que agradezco en que me hayan insistido ver (y enviciarme) con esta serie que es la raja. “Rick and Morty” es de esos programas que es nihilismo puro; en cada capítulo pueden tocar temas “sensibles” como la religión, las tradiciones, la política y la moral y convertirlos en una comedia negra sin respeto por nada. Justin Roiland, el creador de la serie y quien además hace las voces de los personajes de Rick y Morty, dice que básicamente su intención con el programa es que en cada capítulo quiere “volarle la cabeza a la gente (…) que se sientan atraídos por esta cosa de los ‘universos y dimensiones paralelas’ y que se rían de las cosas más idiotas que puedan pasar en estos mundos alternativos”.

Es exactamente eso lo que logra la serie; en cada mundo alternativo o dimensión paralela que visitan Rick y Morty, hay millones de referencias al (nuestro) mundo real que no se “critican” desde una percepción ideológica, política o moral; simplemente, ridiculizan y satirizan cualquier aspecto de la sociedad contemporánea más o menos al estilo de ‘South Park’ o ‘Los Simpsons’.

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Pero la gracia de ‘Rick and Morty’, a diferencia de las series de Trey Parker, Matt Stone y Matt Groening, es que no es una pretensión de crítica o sátira per se, sino que busca agarrarte y dejarte para la cagada con frases, situaciones (cómicas y otras un poco más dark), mundos y personajes que rayan entre lo absurdo, la ridiculez y lo irónico-sarcástico (sobre todo con el personaje de Rick, que es lo mejor), un poco como lo hace ‘Hora de Aventura’, con esa capacidad para descolocarte a través de un humor que no se guarda nada y con una sensibilidad muy oscura y medio retorcida. ‘Rick and Morty’ es, al final, de esas series que vale la pena ver si es que uno anda aburrido del mundo, no en un sentido medio emo o depresivo con ganas de compartirlo en tu antiguo Fotolog, sino que es una ventana para imaginarse cómo chucha poder hacer que la realidad sea más entretenida, ni siquiera mejor o peor, sino que dejándole espacio a situaciones un poco idiotas pero que, en el fondo, son un reflejo sin filtro de lo que nos pasa cuando estamos aburridos de tanta
moral e ideología medio vacía que esté de moda.

Por Álvaro Molina.