En conversación con El País, Benito Martínez reflexionó sobre el despegue de su carrera en 2016 y cómo se volvió uno de los artistas más influyentes a nivel mundial. Y si hay algo que dejó claro es que disfruta colaborar con cantantes estadounidenses, pero que no lo escucharemos hacerlo en inglés. Así que si querías escuchar “I perreo alone”, ya es too late.
“Salí jodido la última vez que en alguien yo confié”, fue la frase con la que el mundo conoció a Bad Bunny en 2016. Desde el estreno de su primer single Soy peor en diciembre de ese año, solo ha acumulado éxitos. En 2020 se convirtió en el artista número 1 a nivel mundial en Spotify, con más de 8.300 millones de reproducciones. Y este año se llevó el Grammy a Mejor álbum de pop o urbano, por su disco YHLQMDLG.
En su repertorio ya hay cientos de canciones y decenas de colaboraciones con artistas de muchas partes del mundo, que van desde J Balvin hasta Cardi B. Todas las canciones tienen un factor común: siempre las canta en español. “Hay que romper eso de que los gringos son dioses… No, papi”, afirmó a El País cuando le preguntaron sobre cantar en inglés.
Siguiendo la misma línea, habló de cómo escuchaba a artistas como Ricky Martin o Enrique Iglesias versionar sus singles en inglés mientras crecía. “Quizá era necesario y abrieron puertas a este boom latino, pero ese momento para mí acabó. Me enorgullece mucho llegar al nivel en el que estamos hablando en español, y no solo en español, sino en el español que hablamos en Puerto Rico. Sin cambiar el acento”, comentó.
Con tres álbumes estrenados en 2020, Bad Bunny afirmó que está constantemente escribiendo, componiendo y grabando. Eso sí, dijo que no sabe tocar instrumentos aún, pero que le gustaría intentarlo con el piano. También apuntó la discriminación persistente hacia el trap y el reggaetón, destacando que no va a terminar y que incluso ese actuar tiene un trasfondo clasista.
“El reggaetón es un género que viene de la calle, del underground, de la gente pobre que no tuvo opciones. A veces, hasta criminales, pero no lo digo de forma despectiva. Gente que salió de la cárcel, o vendían drogas, y al final vio una luz en ese género del reguetón. Muchos pudieron abandonar ese estilo de vida y comprarse casa y carro. Yo creo que de ahí viene ese rechazo. Pero a mí no me molesta, que digan lo que quieran, hay un mundo entero bailando las canciones, disfrutando de la vida sin prejuicios”, explicó.
En la entrevista también pudo ahondar en temas que han generado polémicas en la figura del Conejo Malo, como usar ropa considerada como femenina. Así, contó que desde chico le gustaba mirar la ropa de las mujeres porque las veía más dinámicas y que ahora se siente con la libertad de usarla. Por otra parte, explicó que sus fans necesitan escuchar contenido con un trasfondo más social y que incluya mensajes feministas y de la comunidad LGBTQI+.
“Y por eso lo hago, porque sé el alcance que tengo en Latinoamérica. Tengo fans de muchos tipos; fans de la comunidad LGTB y también, estoy seguro, fans homofóbicos. Feministas y machistas. Yo tengo la capacidad de engancharlos con este reguetón y con este vocabulario. Les hablo como hablamos nosotros y les doy un mensaje sin que sientan que les doy un sermón”, concluyó Bad Bunny.