Un cuerpo desnudo se mueve en perfecta sincronía y es fotografiado con 10. 000 disparos.
En un trabajo muy elegante y abstracto, que dan ganas de apreciar por un buen rato, ya sea por la destreza de los movimientos o por las formas que proyecta el cuerpo humano. La cuidada producción está realizada por el fotógrafo japonés Shinichi Maruyama