La activista y autora fue una pionera en el feminismo negro, cuando, en plenos años 60’s los discursos emancipatorios apuntaban a una realidad muy distinta a la suya: la de una mujer blanca, donde no se discutía la raza y la clase social como parte de las banderas de lucha. Esta es su historia y parte de las reflexiones que dejó, que hoy más que nunca tienen un sentido profundo.

La segunda ola feminista del mundo, iniciada en Estados Unidos durante los 60’s, fue duramente criticada por enfocarse exclusivamente en la emancipación de mujeres blancas de clase media; aquellas que tenían acceso al material cultural para comprender que la cancha entre hombres y mujeres era dispareja. En este contexto de tensiones ideológicas y paradigmáticas comenzaron a surgir movimientos de otros sectores socioeconómicos que buscaban reclamar una lucha que también creían suya.

Aquí apareció Gloria Jean Watkins, mejor conocida por el nombre que adoptó en honor a su bisabuela: bell hooks. Así, sin mayúsculas porque para ella lo importante era enfocarse en su obra y no en ella; en “la sustancia de mis libros, no de mi persona”. 

En 1981, dos años después de publicar su primer libro de poemas y ya cansada de dos décadas de no sentirse representada en la lucha feminista estadounidense, hooks comenzó a cuestionar el feminismo hegemónico de la época al poner sobre la mesa temas que hasta ese momento no se discutían: raza, clase y género.

Y lo hizo ocho años antes de que el término interseccionalidad fuera acuñado por su compañera Kimberlé Crenshaw, quien lo describió como “el fenómeno por el cual cada individuo sufre opresión u ostenta privilegio en base a su pertenencia a múltiples categorías sociales”.

Entre sus obras destacadas se encuentran ensayos que abordan temáticas interseccionales, como Ain’t I a Woman? Black Women and Feminism (¿No soy una mujer? Las mujeres negras y el feminismo). En el texto analizó la inclusión de mujeres negras en los feminismos, explicitando que era necesario avanzar hacia uno que las incluyera de manera igualitaria, y también cómo la cultura del sexismo y el racismo impacta en la vida de las mujeres afrodescendientes. 

Desde que se transformó en activista comenzó a exponer los sistemas de opresión que ella vivía en carne propia y empezó a organizarse con sus compañeras para amplificar el mensaje y hacer que todas abrieran los ojos ante la relegación de las mujeres negras en la lucha feminista. Y lo hizo hasta el último día de su vida.

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Su sobrina fue la encargada de entregar la noticia de su fallecimiento por Tiwtter este miércoles:

https://twitter.com/Enter_Ebony/status/1471151210438791168?s=20

Algunas de sus reflexiones

El mundo perdió a una gran mujer esta semana, pero su legado persistirá. Aquí te dejamos una serie de reflexiones que dio durante su vida y que, creemos, son necesarias de leer en el contexto actual del planeta: 

“La marginalidad es más que un lugar de deprivación. De hecho estaba diciendo lo contrario: que también es un lugar de posibilidad radical, un espacio de resistencia” 

  • Marginality As a Site of Resistance, 1990.

“Todos nuestros silencios en la cara del abuso racista son actos de complicidad” 

  • Killing Rage: Ending Racism, 1995.

“Entender la marginalidad como una posición y un lugar de resistencia es crucial para las personas oprimidas, explotadas y colonizadas. Si solo vemos el margen como un signo, marcando la condición de nuestro dolor y deprivación, entonces una cierta desesperanza y desesperación, un nihilismo profundo, penetra de manera destructiva en la base misma de nuestro ser. Es ahí, en ese espacio de desesperación colectiva, donde la creatividad de uno, la imaginación de uno está en riesgo, allí donde la mente está completamente colonizada, allí donde se pierde la libertad que uno anhela”.

  • Marginality as a Site of Resistance, 1990.

“No podemos combatir el supremacismo blanco si es que no le enseñamos a las personas a amar la justicia. Tienes que amar la justicia más que tu lealtad a tu raza, sexualidad y género. Se trata de la justicia.”

  • entrevista Jet Magazine, 2013.

“El primer acto de violencia que demanda el patriarcado hacia los hombres no es violencia a las mujeres. En cambio, les pide que se comprometan en actos de automutilación, que maten las partes emocionales de sí mismos. Si un individuo no es suficientemente exitoso para herirse emocionalmente, puede contar con hombres patriarcales para realizar rituales que abusarán de su autoestima”.

  • The Will To Change: Men, Masculinity, and Love, 2004.

“Aún pienso que es importante que las personas tengan una aguda y progresiva crítica sobre el matrimonio en la sociedad patriarcal, porque una vez que te casas dentro de una sociedad que permanece como patriarcal, no importa cuán alternativo quieras ser dentro de su unidad, todavía hay una cultura fuera de ti que te impondrá muchos, muchos valores, lo quieras o no”.

  • Feminism is For Everybody: Passionate Politics, 2000.

“El momento en que escogemos amar empezamos a movernos en contra de la dominación, en contra de la operación. El momento en que escogemos amar comenzamos a movernos hacia la libertad, para actuar de maneras que nos libere a nosotros y a los demás”. 

  • Outlaw Culture: Resisting Representations, 1994.

“Las mujeres blancas y los hombres negros lo tienen en ambos sentidos: pueden actuar como opresor o ser oprimidios. Los hombres negros tal vez sean victimizados por el racismo, pero el sexismo les permite actuar como explotadores y opresores de las mujeres. Las mujeres blancas pueden ser victimizadas por el sexismo, pero el racismo les permite actuar como explotadoras y opresoras de las personas negras. Ambos grupos han liderado movimientos que favorecieron sus intereses y apoyan la opresión continua de otros grupos. El sexismo masculino y negro ha socavado luchas para erradicar el rascismo tal como el racismo de mujeres blancas socava el problema feminista. Mientras estos dos grupos o cualquier otro defina la libertad como la ganancia de igualdad social con liderazgo de hombres blancos, tienen un interés personal en la continua explotación y opresión de los demás”.

  • Bell Hooks.

“Una visión sobre la cultura hegemónica que busca distraer la atención o incluso excusar el opresor, deshumanizando el impacto del supremacismo blanco en la vida de las personas negras al sugerir que las personas negras también son racistas indica que la cultura sigue siendo ignorante sobre lo que realmente es el racismo realmente y cómo funciona. Demuestra que las personas están en negación. ¿Por qué es tan diíficl para tantos hombres blancos entender que el racismo es opresor no porque hombres blancos sean prejuiciosos con los negros (podrían tener esos sentimientos y dejarnos solos), sino porque es un sistema que promueve dominación y subyugación?

  • Killing Rage: Ending Racism, 1995.

“Cambiar la forma en que vemos imágenes es claramente una forma para cambiar al mundo” 

  • Reel to Real: Race, Sex, and Class at the Movies, 1996.