La deuda más grande de la marca, por fin ha sido pagada. La ropa que en algún momento nos deslumbró ha llegado a nuestro país.
La alfombra, los basset hounds, sus casas, las lámparas, los muros, los cuadros, el tenis, la barra, la mesa, las flores, la comida, la bicicleta, las raquetas, las sillas, percheros, las prendas, las modelos, los modelos, las invitadas, los invitados, los tragos, el baño, el jabón, las servilletas y hasta quizás algo más allá que mi limitada visión no pudo ver había sido perfectamente seleccionando, diseñado y acomodado para darle vida al evento de bienvenida del famoso Prepworld de Tommy Hilfiger. Galería Animal fue el epicentro de esta intervención Preppy, que de seguro si la hubiesen convertido en pop up store, habría sido un verdadero éxito.
Fue una noche en la que todo el mundo se sentía parte de una tradicional familia inglesa, como el hooker de un equipo de rugby o simplemente un estudiante miembro del Ivy League. La insignia de todo esto de seguro lo recuerdan, se trata de Los Hilfigers, esa onírica familia que representa la versión americana del preppy style y que hasta ahora siempre saca una sonrisa cuando aparecen a full color en la prensa de moda. Vogue y GQ son sus favoritos.
Ahora, independiente de que puedas caer o no en este juego, la clave de la colección de Tommy, es que es una invitación abierta a este mundo, y cada una de sus prendas y accesorios es un pequeño pedazo de él. Desde los blazers hasta la ropa interior, vienen llena de detalles, botones y “cositas” que le dan un look increíble a todo.
Por último, les cuento que el fin de semana acompañando a una amiga a comprar unos zapatos nuevos para olvidarse de su ruptura amorosa culpa de la uffie situation, nos dimos una vuelta por la tienda Tommy de Parque Arauco, y lo único que puedo decir es estos tipos se las traen.
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