Conversamos con Luis Hachim, doctor en literatura de la Universidad de Santiago sobre el cambio de canon que significa su premiación. “La ciencia debería inventar una forma de que Parra viva unos 6 o 7 años más para que se lo den”, afirmó de pasada.
Hoy es un día histórico para los galardones academicistas: por primera vez un cantautor, miembro indiscutido de la cultura popular, recibe el premio más alto de la literatura, el Premio Nobel. Bob Dylan se alzó como ganador de un galardón que hasta el momento solo lo habían ganado narradores, poetas, dramaturgos y, ocasionalmente, periodistas, y acaba de entrar en el canon. Ahora las próximas generaciones tendrán acceso a su obra de la misma forma que los libros de García Márquez, Hemingway, y Gabriela Mistral.
Pero tampoco ha estado falto de polémica su elección. Es probablemente una de las elecciones de la Academia sueca más discutidas de los últimos años, más que la polarizante figura de Vargas Llosa, quien recibió el premio en 2010, o Svetlana Aleksiévich el año pasado, quien expuso los horrores de los conflictos bélicos en código periodístico. En esta apertura de los cánones y en un giro inesperado, Bob Dylan tan poeta como artista pródigo e integral, que ha tocado a miles de personas en sus más de 50 años de carrera, es parte de la literatura.
Al respecto conversamos con el doctor en literatura de la Universidad de Santiago, Luis Hachim sobre cómo el reconocimiento modifica la rigidez de los circuitos culturales y le pone una nueva tarea a la crítica.
¿Qué significa que Bob Dylan haya ganado el Nobel?
“Algo definitivamente está pasando. Este es un problema para le gente que trabaja en literatura, pero es un lindo problema y lo digo en términos positivos, porque abre la posibilidad de entender que la literatura no se puede reducir a formatos. Dylan no es el único que ha hecho esto, en el mundo europeo o euronorteamericano por decirlo así, está Leonard Cohen o Paolo Conte, que son cantantes que de cierta manera introducen la literatura en su práctica artística. Y yo creo que en Chile también con Violeta Parra, donde hay trabajo suficiente para decir que con ella ha pasado; o Nicanor Parra y Carlos Pezoa Véliz, que empezó escribiendo desde la cultura oral que obligó a algunos críticos a incorporarlo en el canon. La literatura se transforma de acuerdo al desarrollo del conocimiento y al desarrollo sociocultural, entonces estamos viendo eso hoy.
¿Y por qué no todos están de acuerdo con este galardón?
“Bob Dylan escribió su primer texto por allá por los 60, ya hace más de 50 años. Tiene obra. La Academia a incorporado gente que nadie conoce y ahora pareciera se están creyendo realmente el cuento de la ruptura de las áreas de conocimiento. También están pensando en serio en que decidieron ser absolutamente eurocéntricos o euronorteamericanos.
Yo creo que Dylan es un héroe cultural, porque ha obligado a mucha gente que no ha tenido contacto con lo literario de incorporarlo a su vida, a su experiencia cotidiana. Eso merece que le den un premio a alguien así”.
¿Es una buena idea entonces musicalizar a Nicanor Parra para que le den el Nobel?
“Sería excelente que a Nicanor Parra lo musicalizaran, aunque no sé como lo harán con las Prédicas del Cristo Elqui o los Antipoemas. Y además que la ciencia médica chilena lograran que viviera unos 6 o 7 años más para ver si recibe el Nobel, porque lo merece. Es un tipo fundamental en nuestra poesía. No te mueras nunca Parra“.
Una de las razones que dio la Academia es que Dylan se asemeja a Homero y a Safo, poetas griegos que utilizaron la oralidad para darse a conocer, ¿pasó realmente lo mismo con Bob Dylan?
“Yo siempre me acuerdo del viejito Borges que decía que el tenía nostalgia de ese tiempo en que contar y cantar eran una misma actividad. Tal vez vamos a volver a esa nostalgia, a ese deseo de disfrutar al que canta y cuenta al mismo tiempo. Y eso ya está pasando con Bob Dylan. Borges escribió ensayos sobre el tango y ahora vamos entendiendo que la literatura va más allá de los géneros. Ojalá hoy Dylan se transforme en alguien más masivo. Hay gente que desde los años 70, y sin ser hipster en esto, sabía que Bob Dylan no solo los ponía en contacto con la música, sino que con la poesía. No solo los ponía en contacto con formas y contenido de una cultura, sino que en él se cumplía eso de narrar y cantar al mismo tiempo.