Somos hermos@s no importa lo que digan, sus palabras no nos van a derribar.

El movimiento body positive es un concepto que cada vez suma más seguidores que hacen conciencia sobre los beneficios de amar la piel en la que estamos, y sobre los daños que produce la discriminación por alguna característica física. Pero, como en todo equilibrio universal, existen grupos que incitan al odio, llegando incluso a hacer campañas como el #FatShamingWeek (#SemanaDeLaGordofobia), donde por una semana usuarios les hacen bullying cibernético a las personas con algún tipo de sobrepeso.

No solo el fat shaming es doloroso, porque, ¿qué pasa con los comentarios sobre los cuerpos de personas con contexturas más delgadas? ¿Comentar el cuerpo o estilo de vida de alguien flaco es diferente a hacerlo con una persona gorda? Sabemos que el término “gord@” puede herir o molestar a alguien, pero nunca nos preguntamos antes a nosotros mismos si describir a una persona como “muy flac@” puede ser ofensivo también.

La flacura se asocia generalmente, mucho más que un supuesto “ser saludable” a algo que “se aspira a llegar a ser”. La realidad es que tener bajo peso es lo mismo que tener sobrepeso y si no debemos hacer sentir mal a alguien con cuerpo más grande, también hay que tenerlo en cuenta a la hora de hablar de alguien con la contextura contraria.

Discriminar las características de nuestros cuerpos, esas que nos hacen seres únicos e irrepetibles, puede darse en cualquier aspecto que tenga que ver con las apariencias: desde tu peso o color de pelo hasta el tamaño de tus orejas. Este tipo de bullying lo único que hace es promover que el valor de alguien está solamente basado en sus aspecto físico.

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El movimiento body positive se sustenta en un pilar fundamental: el de promover y celebrar todos los cuerpos, las contexturas, tamaños y formas diferentes, incluso aquellos que no están dentro de los cánones de belleza establecidos por los medios, la publicidad  y la misma sociedad. Esto no se trata de celebrar un cuerpo y no el otro, sino que celebrarlos a todos y cada uno.