Bolonia es una ciudad italiana repleta de bares y fiesta con una población de casi 400 mil habitantes de los cuales casi 90 mil son solo estudiantes.

Al mencionar Italia lo más probable que las primeras ciudades que se vienen a la cabeza son Roma, Venecia y Florencia. Sin duda son los lugares más frecuentados por los turistas de todo el mundo y los turistas chilenos también marcan estas ciudades como sus imperdibles cuando se visita este país.

Pero a una hora de vuelo desde la capital italiana hacia el norte se encuentra Bolonia. Una ciudad conocida principalmente por su universidad, la Universidad de Bolonia, la más antigua del mundo.

Todo gira en torno a esa casa de estudios. Desplegada en distintos edificios de la ciudad, principalmente en el centro histórico, la Universidad de Bolonia recibe todos los años a miles de estudiantes no solo de Italia sino que también de todo el mundo que quieren realizar sus estudios de pregrado o especializaciones, principalmente en el área de las ciencias políticas, historia y filosofía, cuyas facultades se caracterizan por enormes salas con pinturas en sus techos y hasta grafitis (permitidos) que se ven tanto en el interior como hacia el exterior.

En muchos de estos grafitis se pueden encontrar representaciones de distintas figuras mundiales de la izquierda y no es difícil encontrarse las caras de Fidel Castro, Salvador Allende o Pablo Neruda cuando uno da una visita rápida.

Si bien la oferta turística/histórica no es comparable con la que puede ofrecer Venecia, Florencia o Roma, en Bolonia (aparte de las decenas de plazas típicas, iglesias y monasterios) se puede visitar el Museo de Arte Moderno de Bolonia (Mambo) el cual cuenta con una exposición permanente con obras de diversos artistas mundiales de la segunda mitad del siglo XX hasta el día de hoy. Llama la atención que la primera obra con la que uno se encuentra al entrar es con un Matta.

El ingreso a este museo es gratuito para estudiantes, incluso para los chilenos si muestran su TNE. Por otra parte, si se quiere tomar fotografías a las exposiciones se debe firmar un acuerdo con el que te comprometes a no subir dichas fotos a internet. En ese acuerdo debes adjuntar tus datos con que el museo confirmaría posteriormente si efectivamente no has subido nada a Instagram, Facebook o Twitter.

La noche

Debido a su gran población universitaria, que llega a los 90 mil, la fiesta es casi un ramo más.

De lunes a lunes es posible ver grupos de jóvenes repletando las plazas con botellas de cervezas y marihuana que se vende de manera simple y barata ante los ojos pacientes de la policía que, a diferencia de Chile con algún dron de Lavín, no intervienen con el fin de aguar la fiesta. El rol policial en esos lugares es frenar posibles peleas o disturbios y no el consumo de alcohol y marihuana en si.

Claro está que también existen distintos bares y discos formalmente establecidos principalmente en Vía Zamboni, una calle que conecta con la Piazza Giuseppe Verdi, una de esas plazas en las que puedes tomar y fumar libremente.

Otro punto a destacar es la casi inexistente necesidad de que hayan lugares para gays o heterosexuales. De hecho esta diferenciación se da principalmente solo por la música que se pone, es tan posible ver a homosexuales en “discos heterosexuales” como heterosexuales en “discos gays”, como es el caso de Cassero, una disco enfocada principalmente a la comunidad homosexual que está ubicado a pocas cuadras del Mambo y que durante el día funciona como sede de una organización pro LGBT.

Bolonia se muestra libre, culta y fiestera ante el mundo como un destino ideal para pasar unos días en tu próximo eurotrip como también para continuar estudios.