A Bruno Córdova le gusta discutir, pelear, hasta agarrarse de las mechas. Hoy presenta su libro, que promete ser un evento diferente a los clásicos lanzamientos.
Bruno Córdova es un comunicador que se ha desarrollado en el trabajo periodístico y de política, colaborando con diversos medios para desarrollar una mirada vanguardista sobre la crítica.
No Estoy De Acuerdo, es su primer libro. En él explica cómo el consenso se transformó en un arma que en realidad termina perjudicando en un nivel mucho mayor a la opinión pública sobre los acuerdos.
Explica este consenso forzado que impide el mutuo reconocimiento entre partes adversarias, particularmente, entre ideas dominantes e ideas desafiantes. ¿Por qué es un consenso forzado? Es consenso porque busca tener a todos (bueno, todos quienes estén dispuestos a participar en el consenso) de acuerdo en torno a un tema en controversia y es forzado porque obliga a participar en él, so pena de quedar expulsado del espacio público, como un paria, como un eterno criticón que no está dispuesto a allanarse a la bondad de los acuerdos.
Todo comenzó mientras Córdova leía revistas chilenas como Pulso, en espacios de extrema derecha donde a su parecer “tenían una libertad” que les permitía hablar “con liviandad” sobre temas importantes, con malos argumentos.Fue así como, expandiendo el radio de sus lecturas, llegó a la siguiente conclusión “en Chile la gente argumenta muy mal”.
Esa condición asimétrica de la controversia obliga a redefinir las condiciones de un debate y de una controversia. ¿Es necesario un consenso en las controversias políticas? Sí, por supuesto. ¿Debe usarse el consenso para llegar a resultados políticos? Por ningún
motivo. Porque siempre está el riesgo de que la parte dominante capture la deliberación y termine desencadenándose un consenso forzado que expulse a las críticas incómodas y amordace a las voces contrarias a la parte dominante.
El autor en conversación con POUSTA, dice que ya “no existe el Estado, sólo el Gobierno”, para ejemplificar este constante subsidio en base a malos argumentos de una “parte dominante”, como dice en el texto.
“No tiene porqué haber un Win-Win. No es necesario que todos ganen. Esto es política también hay que perder”, agrega, y es así cómo se debería empezar, según el texto, a trabajar en base al mutuo reconocimiento.
Para ello, necesitamos dejar de pensar la controversia política como una apuesta continua por el ganar. ¿Por qué? Porque siempre tenderá a ocurrir que quienes tengan mejores herramientas para ganar aprovecharán sus posibilidades como incentivo para excluir a quienes no tienen las mismas herramientas, apelando a sacar del juego a quienes tienen menores recursos.
Por ello, es necesario diseñar una forma de controversia política que no esté basada en la posibilidad de igual ganar, sino una que esté basada en el derecho de igual perder. ¿Qué significa eso? Que se establecen condiciones para una derrota justa, una protección de mínimos de expresión y accesos garantizados para expresar las ideas
en el espacio público.
De esta forma, se transita del «consenso forzado» al «mutuo reconocimiento»
El libro se estará presentando hoy a las 20:30 horas en Azotea Mackenna. Puedes hacer click aquí para encontrar más información.
Los destacados periodistas Marisol García y Juan Carlos Ramírez, además del analista político Cristóbal Bellolio, estarán encargados de su presentación en sociedad.
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