Nuestra marca de lujo favorita presentó en Milán su colección Ready-to-wear para hombre y bueno, hay sentimientos encontrados.

Christopher Bailey es un rockstar. Es la persona que sacó a la marca ícono de Inglaterra del radar de los Hooligans, para ponerla nuevamente en el top of mind de los y las jóvenes que quieren vestirse con el estilo clásico y romántico inglés. Gracias a Bailey dejamos de ver el Tartan en bolsos y gorras del estadio, para ser más bien un detalle dentro de prendas que se lucían en fiestas taquilleras y alfombras rojas.

(Hey Lacoste, eso deberías haberlo escuchado con atención)

En fin, la nueva colección de Burberry efectivamente es una bifurcación dentro del estilo que la marca venía desarrollando, y plantea una jugada arriesgadísima con la inclusión de sedas metalizadas en camisas, trenchs y zapatos, cuyo acabado final es un festival de contrastes; ropa ajustadísima se contrapone a prendas de grandes volúmenes y oversized, materiales matte versus metálicos y piezas de diseño y cortes legendarios en contraposición con detalles, texturas y nuevas prendas reinventadas.

En nuestro headquarter ya nos tiramos los pelos por las nuevas camisas y chaquetas, aunque de verdad preferimos dejar pasar todo lo que hicieron en seda metalizada.

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(Dos detalles del desfile: Parece que les falló pesado el aire acondicionado, y bueno, la última canción, Comforting Sounds de Mew, sabe mucho).