El Madrileño habló sobre política, su pasado y la trascendencia de su obra en la cultura española.

En conversación con Jordi Évole para la cadena de televisión española Antena 3, C. Tangana se abrió como nunca y compartió interesantes anécdotas de su historia personal.

El futuro del artista español se ve algo incierto, pero él parece tomárselo con calma. Hace un par de meses recibió su primera nominación a los Goya por «Esta ambición desmedida», película documental que registra el alud mediático que provocó «El Madrileño» y el caos vivido en la gira de ese mismo álbum.

Hoy, sin un próximo proyecto musical en mente y con el foco puesto más en lo audiovisual, Pucho repasa sin pelos en la lengua lo que ha sido este vertiginoso viaje: De ser Antón a ser Crema. De ser Crema a ser C. Tangana. De ser C. Tangana a ser El Madrileño. De ser persona común a una figura de reconocimiento mundial.

Habló de asuntos a los que nunca antes se había referido, como su infancia, la relación con sus padres y el sentirse extranjero en su propia ciudad: “Mi madre tiene 14 hermanos y mi padre ha sido muy nacionalista gallego. Cuando se casaron, cuenta la leyenda que mi padre hizo quitar una bandera de España de la iglesia, o algo así. Cuando yo era pequeño, la bandera de España me parecía algo agresivo, sin embargo ahora me he reconciliado con ella. Cuando he estado en Latinoamérica y he visto que en un aeropuerto ponen las banderas al lado del idioma, de repente, está vacía de significado político”.

Además, C. Tangana no se corta al expresar su opinión sobre la monarquía: “Sería un movimiento increíble tener un rey que fuera consciente de lo injusta que es la monarquía”. “Eso sería el gran legado de un rey, o de una reina”, defiende.

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