Camilo Antileo, cineasta y músico mapuche: “Chilenos y mapuche me criticaron por no usar un kultrún”

Camilo Antileo (26) lleva diez años en un viaje interno tratando de explorar las implicancias de ser mapuche en el siglo XXI. Estas inquietudes lo han llevado a realizar dos cortometrajes experimentales y un álbum de rock mapuche. Actualmente se encuentra preparando lo que será su nuevo disco titulado Newenche.

Por Juan Gabriel Paredes

De barba larga, chaqueta de mezclilla y lentes de sol, Camilo Antileo presenta su nuevo single Pewkayal peñi manke (nos volveremos a ver hermano cóndor), en un show de Casa Insular en Recoleta.

Los más antiguos seguidores del músico recuerdan aquellos años donde vestía chaqueta de cuero, usaba cortes de cabello estilizados y cantaba melódicos temas de rock con letras de amor. Hoy, Antileo interpreta rock mapuche.

Tenía 16 años cuando se fue de vacaciones a Lebu con su familia. Este viaje lo marcó para siempre, pues fue la primera vez que adquirió conocimiento acerca de su latente herencia mapuche. Al año siguiente, Camilo decide ser músico. Hoy a sus 26 años ha desarrollado una carrera musical que ya ha dejado dos discos y un trabajo inédito.

Los aprendizajes de ese viaje no se manifestaron hasta varios años después. Sin embargo, el sentimiento que despertaron sus tías al mencionarle que él era gente de la tierra lo llenó de ansiedad por aprender de su cultura mapuche.

Camilo creció con sus padres en Maipú. Estudió en colegios particulares. A los 17 años empezó a manifestar una inquietud artística, que se vio reflejada en la composición de sus primeras canciones. Al año siguiente ingresó al Instituto Arcos a estudiar Comunicación Audiovisual, pensando que el cine le daría una integridad como artista al estar vinculado a muchas artes.

El año 2013 lanzó su primer EP titulado Hoy. Su disco, editado por el sello independiente Epifanía Records, del cual Antileo fue partícipe, tuvo una buena recepción por parte de la crítica musical.

“Era un álbum netamente pop. A la gente le gustó. Pero no a muchos peñis, que me decían que en vez de cantar canciones de amor porqué no cantaba acerca de nosotros. Por otro lado, tenía a la prensa preguntándome por Matías Catrileo y yo no me sentìa preparado para responder”, comenta Antileo.

Pese a eso, Camilo estaba empeñado en seguir aprendiendo de la cultura mapuche y descubrirse así mismo dentro de ese ámbito.

“Tenía una deuda con el joven de 17 años que quería ser músico, por eso nace Hoy, pero también tenía una deuda con mi cultura”, afirma el músico.

Warria significa ciudad y ese fue el título que escogió Camilo para su segundo álbum, estrenado en 2015. Fue en este trabajo donde, por primera vez, el músico manifestaba sus inquietudes de ser un mapurbe, es decir, un mapuche urbano.

“Me tocó en ese tiempo defender mi identidad con música, exponer mis contradicciones biográficas en canciones, lo cual nuevamente no gustó a muchos en el mundo mapuche y chileno que criticaron el hecho de que fuera un álbum de rock en vez de usar, por ejemplo, un kultrún”, relata el músico.

El 2015 Antileo inicia una gira por el país con la primicia de interpretar rock mapuche. En ese mismo año del lanzamiento de Warria, su EP anterior, había ganado financiamiento internacional para realizar su primera presentación musical en México.

Pese a las exigencias de su productor musical de la época, de limitarse a mostrar sus canciones más pop y desvincularse del sobrenombre artista mapuche, Camilo mostró seguridad y decidió seguir presentándose como mapuche y chileno e interpretar las canciones de Warria.

Los cercanos de Camilo lo describen como un joven llevado a sus ideas. De convicciones fuertes y que aparenta siempre estar seguro.

“Tiene power, me encanta esa convicción y seguridad que muestra”, comenta Juan Manuel Méndez, director de Insular Records, el sello que distribuirá el tercer álbum de Camilo. “La pega de los productores y managers, es decir, lo que es mejor para tí como artista, Camilo la tiene clara”, sentencia Méndez.

En ese viaje en México, Camilo conoce distintos artistas y establece una amistad especial con el cineasta de Guanajuato, Christian Vilches-Lizardi. Esta experiencia revivió una antigua pasión olvidada. A su regreso a Chile dejaría la música de lado por un tiempo y se dedicaría por completo al cine.

“Hay diferencias entre Camilo Antileo, cuando lo conocí, al día de hoy. En 2014 era un chiquillo imberbe cuya carrera apenas tomaba el curso que su propio discurso trazaba para él, como mapuche y como artista”, comenta Christian respecto a su amigo.

Camilo realizó dos cortos experimentales con temáticas mapuche. El primero, Warriache, se estrenó en el Festival Fesancor el año 2016 y ganó la categoría Experimental Nacional, también fue parte de la muestra Primeras Naciones en el Festival Internacional de Cine de Valdivia. El segundo cortometraje se titula: Tuwun y se presentó este año en el Encuentro de las culturas Indígenas: Horizontes comunes/Territorios anhelados, en donde recibió una mención honrosa.

“Los cortos de Camilo reflejan sus propias inquietudes personales. Aún se encuentra en transición a definir no solo su estilo músical, sino su propia identidad”, comenta Thomas Silva, productor ejecutivo de la productora audiovisual, La Pecera.

“Con los cortometrajes y el nuevo álbum que presentaré en 2018, siento que es como si estuviera pasando a una etapa más madura de mi juventud”, comenta Antileo.

Para el cantautor, el viaje a Lebu que cambió su vida, aún no ha terminado.

“Camilo es un conspirador, un reflejo de sus propias inquietudes, que poco a poco se posiciona, creando nodos, enlazando ideas creativas, pero sobre todo comunicándose con las personas a través de su mestizaje cultural”, comenta Vilches-Lizardi.

La presentación de Camilo termina en Insular Records. Antileo sabe que los peñis, la prensa y los antiguos fanáticos de su etapa pop tendrán algo que decir, sin embargo eso ya no le quita el sueño. El warriache continúa su trayecto.

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