“Soy súper piola, hablo con poca gente, me cuesta establecer relaciones”, nos contó. El presentador, cuando Sáez entra al ring, dice otra cosa: “Este tipo es un lunático”. Acá su historia.
“Representando a Chile: ¡ALEJANDRO SÁAAAAAAAAAEZ!”.
La bandera de Chile flamea digital en una de las pantallas. Alejandro entra tranquilo al ring de la Full Sail University, en el estado de Florida, EEUU. Mira hacia los lados y se agarra las muñecas mientras camina hacia el centro. Se agacha un poco, separa las piernas y levanta sus brazos haciendo una “X” en honor al seudónimo que le puso su maestro hace 14 años atrás gracias a sus 93 kilos y 1.85 metros de altura: XL.
Manuel Alejandro Sáez Palominos es el primer chileno en participar en la World Wrestling Entertainment (WWE), la promoción de lucha libre más grande del mundo. Ahí participará junto a otros 31 luchadores en la competencia de peso crucero (en donde hay que pesar menos de 205 libras) llamada WWE Cruiserweight Classic.
Para Yerko Húmeres, miembro del Team WWE Chile, página de Facebook que reúne a más de 60 mil fanáticos de la disciplina, que un luchador chileno llegue a WWE es histórico. “Aparte de Jorge González y Hugo Savinovich, es el primer luchador sudamericano en pleno siglo XXI que llega a participar en la compañía”, dice Húmeres. Además, agrega que el campeonato está formado realmente por los mejores en el mundo del wrestling, como lo son el mejor luchador técnico del mundo según el newsletter Wrestling Observer, Zack Sabre Jr y la estrella japonesa Kota Ibushi.
Sáez empieza a gritar. Le grita al público presente, a los otros luchadores o a los televidentes. Apunta con sus dedos índices al escenario, luego a él mismo y finalmente a la cámara mientras Mauro Ranallo, el comentarista principal, dice: “Este tipo es un lunático. Vino desde Chile solo por la oportunidad de ser mencionado en este tipo de torneo”. Es su momento.
Si bien la primera vez que Alejandro luchó fue contra su primo, en un ring formado por colchones en el piso luego de ver la WWE por el canal La Red, no fue hasta los 15 años, cuando vio un afiche pegado en su colegio sobre una escuela de verano con Eddie “El Entrenador de Leyendas” Sharkey, en donde aprendió sus primeros movimientos y a desenvolverse en el cuadrilátero. “Yo soy súper piola, hablo con re poca gente y me cuesta establecer una relación. Pero sentí que encajaba ahí”, dice Alejandro.
Después de su primera lucha oficial, en la Universidad de Santiago, ante un público totalmente ebrio celebrando su semana mechona, para Alejandro solo vino aprendizaje. A lo largo de 12 años de carrera luchó contra súper estrellas como Sami Zayn, quien se encuentra activo en WWE, en México contra Super Crazy, participó en seminarios en EEUU y giró por Japón. Pero hasta ahí, no había podido lograr su meta: dedicarse cien por ciento a la lucha libre.
“Después de Japón me dije: yo ya no conseguí nada con la lucha. Voy a buscar un trabajo de oficina y establecerme”, dice Alejandro. Consiguió uno, su propio departamento y la lucha quedó como pasatiempo.
Pero como si fuera una broma, hace dos años en una gira en Brasil, él mismo logró hacer contacto con agentes de la WWE. El proceso, según él, fue tortuoso. Cada vez que le llegaba un mail con el asunto “WWE”, Alejandro tenía que parar todas sus actividades: siempre pensaba que los formularios enviados serían rechazados. Así fue hasta el día en que se subió al avión con un pasaje pagado por la misma empresa. Tuvo que dejar su trabajo y departamento.
Durante 15 años de carrera ha dejado pololas, cumpleaños, estudios y personas, por cosas tan simples como mover, armar y desarmar el ring. Y otras no tan simples como dar y recibir patadas, sangrar, soportar dolores insoportables, y un metódico entrenamiento de lunes a sábado. Y al otro día levantarse y estudiar o trabajar.
Alejandro para un segundo, hace como si se sacara algo de su polera y sube los hombros mientras hace una mueca antes de salir del ring. El próximo 13 de julio por WWE Network Sáez abrirá el campeonato contra el mexicano Gran Metalik. Sabe que ahora solo depende de él.