Cuando uno piensa que la derecha no puede hundirse más en la pobreza argumental y las faltas de respeto a sus rivales políticos (y a la inteligencia) en específico respecto de la discusión del proyecto de ley que busca rebajar la jornada laboral a 40 horas semanales, aparece Carlos Larraín y nos demuestra que el fondo no tiene fondo.

En entrevista con Radio Duna, el ex senador y ex presidente de Renovación Nacional se refirió a sus intenciones de ser alcalde de Las Condes y además metió la cuchara respecto del tema del momento y la cagó con ganas.

Fiel a su estilo campechano, Larraín se despachó una declaración recalcitrantemente machista y palurda que de seguró no le jugará a favor al oficialismo.

¿Qué dijo?

“En medio de la trifulca de la jornada laboral, se vuelve a hablar de las reformas institucionales. Pensemos por un minuto qué puede pasar si se abre la puerta del Tribunal Constitucional. Es decir, no va a quedar ni la placa”, comenzó.

Pero agarró vuelo y se fue a la cresta: “Hay diputados (de RN) que aparecieron apoyando el proyecto de las 40 horas del PC, simplemente por rabia, porque no les hablaron siquiera de que estaba pendiente un proyecto de iniciativa presidencial que creaba la jornada de 41 horas”.

Y acá viene la guinda: “(Dijeron) Saben qué más, entre las 40 horas de la Camilita, con los ojos azules, y las 41 horas del gobierno este, con las chaquetas rojas… bueno, sabe qué más, parece que no fuera tanta la diferencia”.