“Esas cosas ya no se ven. Era heavy como la gente bailaba y se mezclaba con la noche y con la locura”, rememora Miopec de MKRNI.
De la primer vez que fui a Cellar recuerdo: quedaba en un pasaje improbable del centro de Santiago y su estructura era una casa antigua colonial a punto de caerse con un aire “okupa”. Entre su público se mezclaban artistas, músicos y grafiteros que se hubieran llevado super bien con tipos como Jack Kerouac.
Como en diferentes lugares y épocas, siempre encontramos “locales” o escenarios que moldean o ayudan a crear nuevas escenas de artistas. Lugares “outsiders” del circuito conocido que con el tiempo son “gentrificados” al igual que los barrios para luego desaparecer en forma de departamentos. O se transforman en una marca (El Berghain es un claro ejemplo).
Inaugurado el 2008 por Pía Cárdenas, el Cellar partió como una galería de arte experimental. El lugar desde sus inicios tuvo una conexión con las nuevas propuestas artísticas y los músicos o bandas que no tenían lugares donde tocar.
El boca a boca comenzó. Entonces productores de eventos, grafiteros, artistas y cualquier persona que necesitara de un lugar para “hacer algo” terminaba en el Cellar. De a poco la casa ubicada en Padre Miguel de Olivares comenzó a convertirse en un escenario importante de la movida nocturna independiente/alternativa de Santiago.
El 2010 el Cellar empezó su segunda etapa. Una etapa más formato club o boliche en donde semana a semana se organizaban diferentes shows, dj sets y eventos. Quedaban atrás sus días de galería okupa con aires secretos para comenzar a perfilarse como uno de los escenarios favoritos de la escena.
Javiera Mena, Alex Andwandter, Matanza, Dënver, Fakuta, Daniel Klauser, Mamacita y Zonora Point tienen en común el Cellar, es el escenario que los vio desarrollarse (y en muchos casos impulsar) sus carreras musicales.
Fue un semillero que no solo reunió a músicos. Grafiteros y diseñadores como Benzo y FunG fueron responsables de algunos de los graffitis en los patios interiores. Diseñadores como José Jara, Natalia Pez y la misma Pía aportaron estética al lugar con instalaciones o escenografías que se ocupaban para diferentes lanzamientos.
Su icónico techo forrado con papel metálico nació como una escenografía para un show especial de Fakuta.
Así lo recuerda José Jara:
“La Pía quería hacer una zona estilo Warhol, compramos cientos de metros de papel térmico barato y forramos el lugar. Tuve la idea de agregar tiritas colgando”.
La “fonda/warhol” le gustó tanto a la gente que se transformó en parte del lugar.
“Con el tiempo reponíamos el papel porque siempre lo botaban. Había gente que la echábamos por prenderles fuego”, recuerda.
Con noches en donde podía haber 500 personas y con características que incluían “el no tener VIP”, ni guardias, o la libertad de poder fumar lo que sea donde sea (y hasta a veces entrar tu propio copete) el Cellar se perfilaba como el clandestino con más onda de la ciudad.
Miopec, de la banda MKRNI, una vez dijo en una entrevista: “Esas cosas (como Cellar) ya no se ven. Era heavy como la gente bailaba y se mezclaba con la noche y con la locura”.
El 2015 los dueños decidieron cerrar el lugar. La popularidad del local y la falta de papeles municipales hacia peligrar semana a semana el “clandestino under” favorito de los hipster santiaguinos.
Después de varias multas y avisos de carabineros Cellar cerraba sus puertas. La ilegalidad, la gentrificación y las inmobilarias llevaron a la muerte de uno de los mejores lugares para carretear.
Este es un playlist para el que varios de los mencionados en esta nota aportaron. Canciones que representan algunos de los mejores momentos y shows que pasaron por el lugar. Una celebración a sus graffittis, paredes a medio caer y sus famosos baños colegiales.
PLAYLIST LINK:
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