María José Cumplido, autora del libro “Chilenas”: “Debemos cuestionar por qué los hombres asesinan a sus parejas”

La historiadora María José Cumplido reunió la vida de doce mujeres chilenas que son parte de la construcción del Chile actual; mujeres que no siempre están en los libros o son tratadas desde la superficialidad.

Mujeres negras, inmigrantes, trabajadores, sargentos y activistas. Estas son algunas de las mujeres que existen en Chile, que existieron y que lograron aportar a la construcción de un país.

Conversamos con María José Cumplido, autora del libro Chilenas (Sudamericana, 2016) sobre este papel secundario, que nos dice la historia, que han jugado las mujeres, pero que es primordial para la constitución de la nación.

“Chilenas” describe cronológicamente la historia de las mujeres más importantes, previa y post la independencia del país. Según tú, ¿dónde están las mujeres ahora? ¿Qué historia están escribiendo?

Las mujeres estamos en todos lados, somos la mitad de la población mundial. La lucha femenina ha ido teniendo puntos álgidos a lo largo de la historia. Pienso que hoy hay una lucha focalizada en eliminar la violencia. Es eso lo urgente. Eliminar la violencia desde el acoso callejero, el abuso y acoso sexual hasta eliminar el femicidio y la tortura que sufren miles de mujeres. Han tenido que pasar siglos para que al fin el acoso sexual sea un escándalo.

Está muy bien y es necesario continuar denunciando y erradicando la violencia.

¿Por qué crees que se invisibilizan esos discursos de mujeres creadoras? ¿De qué manera se pueden abrir los espacios para sus historias?

Está repleto de mujeres haciendo cosas, lo que pasa que todavía a las mujeres no se les reconoce su trabajo. Son menos valoradas, no solo económicamente sino también en sus habilidades.

Hay mucho machismo en todos lados. Diariamente me toca ver paneles, congresos, charlas donde solo hablan hombres. Para generar una democracia representativa, tenemos que escuchar al 50% de la población que está subrepresentada en prácticamente todos los espacios.

Con respecto a la representación, pienso que «Chilenas» está relacionado con la idea de contar nuestra historia. Poner y escribir sobre nuestros referentes históricos y sobre las mujeres que aportaron a la igualdad de género desde distintos mundos y distintas épocas. Hay que seguir escribiendo sobre mujeres, porque han estado invisibilizadas de una manera muy burda. Trato de leer todo lo que publican las historiadoras mujeres en Chile. En la academia, el 20% de las publicaciones son de mujeres. Es muy importante leerlas, pensarlas y compartir ese conocimiento. Pero no sólo en la historia, sino en todas las áreas.

Yo jamás había leído a una economista mujer; no te enseñaban mujeres economistas en la universidad ni tampoco estaban opinando en los diarios. Así que ahora soy muy fan de Claudia Sanhueza porque refleja una mirada que no estaba puesta sobre la mesa y porque me interesa lo que una mujer tiene que decir sobre cómo afecta la economía en la sociedad.

Otro ejemplo, siempre vi dirigentes por los derechos de la diversidad sexual, ¿y dónde están las lesbianas? Ahora estoy pendiente de cada una de las voceras lesbianas de los movimientos LGBTIQ+, porque me interesa su mirada y es finalmente su mirada la que tiene más que ver conmigo, con lo que soy.

Hay autoras feministas, como la mexicana Sayak Valencia, que dice que se puede deconstruir la masculinidad en base a la violencia, que la violencia es gran parte de lo que es hoy ser masculino y el devenir hombre. ¿Qué opinas tú?

El punto de la violencia es el reflejo de un sistema patriarcal que hace primar los roles de género como algo estático. Siempre nos hicieron preguntarnos, ¿por qué violaron a esa mujer? Pero nunca nos hicimos la pregunta de, ¿por qué los hombres violan a las mujeres? Eso es pura violencia.

Ahora, el sistema patriarcal si bien afecta con mayor dureza a las mujeres, ya que son asesinadas por ser mujeres, también afecta a los hombres. Te pongo un ejemplo: el porcentaje de suicidios en hombres es mucho mayor y eso está relacionado a que el sistema patriarcal desprecia las emociones y obliga a los hombres a reprimirlas.

Por eso el feminismo es para todos y todas, porque la lucha se relaciona con la igualdad de género, con poder ser iguales y libres y con eliminar la violencia cotidiana.

¿Faltan mujeres feministas? ¿Y hombres feministas?

Nunca va a faltar feminismo, siempre es necesario. Ojalá todos y todas pudiésemos ser feministas y seguir luchando por un mundo más amigable y más justo, que nos permita vivir en armonía y sin violencia. Ese es el trabajo que hacemos como feministas. No solo educar, sino potenciar que las desigualdades terminen y podamos vivir tranquilos y seguros.

Falta que los medios pongan a las mujeres feministas y permitan que todos podamos escuchar lo que tienen que decir. Falta que inviten mujeres a hablar, que terminen los paneles de hombres. Falta paridad de género.

Está lleno de mujeres muy interesantes que tenemos que escuchar, de las que debemos aprender. Ni siquiera sabría a quién nombrarte porque hay millones de mujeres en todas las áreas. Pongámosla ahora en primera línea. Y cuestionemos todo el día por qué las mujeres pagamos más en la isapre, por qué nuestras pensiones son más bajas, por qué no hay gerentes mujeres, por qué los hombres asesinan a sus parejas, por qué te toquetean en el metro. Todas esas preguntas nos van a llevar a la desigualdad y a la necesidad del feminismo para mejorar nuestras condiciones de vida.

Con respecto a los hombres, nunca van a sobrar los hombres feministas. Faltan. Pero también tiene que ser un feminismo efectivo, no sacamos nada con tener embajadores del feminismo si no van a cuestionar los privilegios que tienen o que van a incentivar que se abran los espacios para las mujeres. Nunca me voy a olvidar la campaña del SERNAM que tuvo a Jordi Castell, quien solo unos meses después, andaba cuestionando a las mujeres por cómo se vestían y diciendo que algunas “parecían refrigeradores”.

Eso no es ser un hombre feminista: eso es violencia. Falta mucha reflexión. Por eso destaco a la reflexión que ha hecho Gabriel Boric sobre cuestionar sus privilegios de género y entender la necesidad del feminismo. Él dijo y lo cito textual que era necesario “conseguir el compromiso político de alcanzar igualdad y asumir el feminismo como forma de vida para configurar una sociedad en la que podamos ser realmente libres”.

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